Sánchez tira de soberbia y cinismo para escabullirse del 'caso Pegasus'

Pedro Sánchez se enfrentaba este miércoles a una sesión de control al Gobierno en la que estaba obligado a rendir cuentas sobre el 'caso Pegasus' que ha derivado en el cese de la directora del CNI, Paz Esteban, pero el presidente ha ofrecido en el hemiciclo un espectáculo de soberbia y cinismo como nunca antes, dejando sin esclarecer ninguna de las cuestiones planteadas y además, cuestionando la labor de la oposición incluso con críticas personales.

El jefe del 'Ejecutivo' ha asegurado que es "evidente que ha habido un fallo en la seguridad de las comunicaciones del Gobierno" y por tanto, "lo que ha hecho el Gobierno de España ha sido cumplir con la ley, poner en conocimiento de la Justicia estos hechos delictivos y actuar con absoluta transparencia ante la opinión pública".

Estas han sido las únicas explicaciones ofrecidas por Sánchez, que se ha atrevido a "reconocer" el trabajo de Esteban y de los funcionarios del CNI, pese a haberla utilizado como 'cabeza de turco' lo que ha generado el revuelo en la bancada de la oposición.

Todo ello después de que la portavoz del PP, Cuca Gamarra, subrayase que con esa destitución ha quedado claro que en España "gobiernan los independentistas" porque los socios de Pedro Sánchez le pedían "un chivo expiatorio", algo que, "acata dócilmente".

"¿Quién firma la directiva de Inteligencia que marca los objetivos del CNI? Usted. ¿A quién informa siguiendo la ley el CNI? A usted. El Gobierno, a diferencia de lo que ha dicho, sí que lo sabía porque lo tenía que saber", ha arremetido la dirigente popular.

"Caía y rodaba la cabeza de quien ha demostrado tener una hoja de servicios intachable y a solo mes y medio de la celebración de la Cumbre de la OTAN", ha manifestado Gamarra, para acusar a Sánchez de "deteriorar" las instituciones y llegando a asegurar que representa la "degradación de la política".

De hecho, ha reiterado que los secesionistas son más fuertes gracias a Sánchez y ha recordado al presidente que "Puigdemont, Junqueras y Otegi no le eligen por su valía, le quieren por su debilidad".

Sin embargo, el presidente lejos de reconocer sus cesiones, ha sacado pecho de su papel al llegar al Gobierno y cargado de arrogancia ha señalado que cuando gobernaba el PP, España en Europa "contaba como un cero a la izquierda". Aunque la situación "hoy no es perfecta", ha proseguido, se cumple la Constitución y "los mangantes no están en el Gobierno como sí ocurría" con el Partido Popular cuando estaba en Moncloa, según ha dicho.

Pero en esta huida hacia delante, Sánchez también se ha topado con el portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, que ha tildado la destitución de Paz Esteban de "indignidad". El diputado naranja ha destacado el historial intachable de la directora del CNI, a la que , a su juicio, el presidente ha "arrastrado por el lodo".

De hecho, ha ido más allá y ha asegurado que desde el Gobierno se ha "vilipendiado" a una persona "que no puede defenderse porque tiene deber de secreto". "También pidieron mi cabeza y usted bajó el pulgar. Yo sé lo que es entrometerse en su camino", ha dicho Bal recordando su cese como abogado del Estado por se negarse a omitir la violencia del delito de sedición en la causa del procés.

"Usted no cree en España, solo cree en usted mismo", ha señalado, para insistir en que cuando Sánchez deje la Moncloa "se quedará solo y verá la senda de destrucción y cadáveres que ha dejado en su camino", ha zanjado.

Pero el presidente, lejos de contestar, ha optado por los ataques personales. "Debe ser frustrante sentirse tan bueno y ver su resultado electoral", ha dicho a Bal en referencia a los comicios de la Comunidad de Madrid en la que Cs se quedó fuera de la Asamblea de Madrid. "Los mortales cometemos errores, algunos aciertos...", ha dicho el Sánchez.