Sánchez acelera su huida adelante y cede a legislar contra las instituciones
El líder del PSOE ha aceptado neutralizar al CNI. 24 horas antes, permitió despenalizar las injurias al Rey. En espera, el desarme legal de la Policía. La fase 2 de la operación resistencia
No es que sea una novedad en su mandato. Prueba de ello fue la proposición de ley que alteró el quórum para la elección de los vocales del Poder Judicial que provocó la indignacion hasta en Bruselas. O el salto a dedo y sin consenso alguno de Dolores Delgado desde el Ministerio de Justicia hasta la Fiscalía General del Estado.
Pero ahora, Pedro Sánchez ha emprendido su particular huida hacia adelante dispuesto a todo y contra todos para alcanzar el final de la legislatura en 2023 pese a su evidente coma político. El punto de inflexión de esta huida hacia adelante, el convulso pleno de este jueves en el Congreso con el presidente acorralado por el escándalo Pegasus.
El teléfono de Sánchez atacado por Pegasus reposa este jueves sobre el escaño del presidente.
Sí este miércoles en el Senado, atrapado por sus necesidades para salvar a su líder, el PSOE suscribió algo en otro tiempo inimaginable: un pacto con Esquerra y Bildu para despenalizar el delito de injurias a la Corona. Es decir, vaciar el Código Penal y legalizar en el BOE la barra libre de los insultos y ataques al Rey y la Familia Real. En el momento más inoportuno de los posibles.
Después de esta cesión insólita que ha provocado estupor en muchos antiguos dirigentes socialistas ha llegado el golpe al CNI, tal como adelantó este miércoles ESdiario. Sin consenso alguno con el PP como ha sido tradición entre los dos grandes partidos en el estratégico asunto de la seguridad nacional, Sánchez ha aceptado maniatar el funcionamiento de los espías con un control judicial que hasta los magistrados del Tribunal Supremo critican.
Y además, ha dinamitado todos los puentes que le ha tendido Alberto Núñez Feijóo., como se ha encargado de resaltar el dirigente popular Esteban González Pons.
"Prietas las filas": Sánchez este jueves aplaudido entusiastamente por la bancada socialista.
“La ley esta bien como está. Esto supone endosarnos el funcionamiento del CNI cuando es y debe ser responsabilidad única del presidente del Gobierno”, advierten a este diario fuentes judiciales. ¿Qué pasaría además si Podemos, Esquerra o Bildu acaban nombrando también sus vocales en el CGPJ y por tanto son decisivos en la composición del Supremo?, se preguntan esas mismas fuentes.
La Policía, en "lista de espera"
Los siguientes en lista de espera de este tsunami legislativo son los miembros de la Policía y Guardia Civil. En este caso es Bildu, con el apoyo de Podemos y ERC, el que exige que se desbloquee de forma inmediata la reforma de la ley de Seguridad Nacional que va maniatar a los miembros de las FSE en el ejercicio de su trabajo diario.
Pero, visto el debate de este jueves en el Congreso, ha quedado meridianamente claro que Sánchez ha alimentado un monstruo Frankenstein muy difícil de alimentar. De hecho, el Parlamento es el siguiente acechado.
En estas últimas horas , PNV, Bildu, ERC, PDeCAT, Junts, Compromís y BNG han registrado una proposición de reforma del reglamento del Congreso para imponer el uso del euskera, el catalán y el gallego cuando cualquier diputado así lo desee y en cualquier dependencia y actividad de ambas Cámaras.
Comienza la segunda fase de la nueva operación resistencia de Sánchez. En la primera mitad de la legislatura, el presidente se ha caracterizado por ningunear o despreciar a la mayoría de las instituciones del Estado. Pero desde esta semana todo es peor. Moncloa ha abierto la veda para legislar contra ellas. Ya lo saben bien en estas 48 horas en La Zarzuela y en la sede del CNI.