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El hundimiento de Oltra deja malherida a su socia Yolanda Díaz

Las piezas del 'frente amplio' de Yolanda Díaz caen como un castillo de naipes y Oltra tendrá que declarar solo dos días antes del lanzamiento de 'Sumar'.

Ada Colau, Fátima Hamed Hossain, Yolanda Díaz, Mónica García, Mónica Oltra

Publicado por
Andrea Jiménez

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La imputación de Mónica Oltra por el presunto encubrimiento de abusos sexuales de su exmarido a una menor tutelada ha terminado por empañar la presentación de la flamante plataforma de Yolanda Díaz. 'Sumar' tendrá su puesta de largo el viernes 8 de julio en Madrid, coincidiendo con la semana del orgullo LGTBI, pero solo dos días antes la vicepresidenta valenciana desfilará por los juzgados para declarar

El Tribunal sostiene que la exposición razonada elaborada por el Juzgado de Instrucción número 15 de Valencia relata "una serie de indicios plurales que en su conjunto hacen sospechar la posible existencia de un concierto entre la señora Oltra y diversos funcionarios a su cargo, con la finalidad, o bien de proteger a su entonces pareja (…) o bien proteger la carrera política de la aforada".

Así pues Yolanda Díaz, que aún no se ha pronunciado al respecto, tendrá que valorar si el día del lanzamiento de 'Sumar' quiere contar en el escenario con una de las 'lideresas' que formaron parte del primer ensayo de la puesta de largo de su proceso de escucha, precisamente en Valencia de la mano de Oltra el pasado mes de noviembre.

Aquel encuentro, que llevaba por título 'Otras políticas', a la que, por otra parte, no acudió la líder de Podemos, Ione Belarra, fue considerado el embrión del proyecto de Díaz, y además de la líder de Compromís, contó con la presencia de la portavoz de Más Madrid, Mónica García; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; y la portavoz del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía en Ceuta, Fátima Hamed Hossain.

Fue el inicio de la alianza que Díaz quiere tejer entre la izquierda, en la que pretende aglutinar a Más País y Compromís, entre los recelos de los morados, y a los que se suman los comunes de Colau, pero que emplieza a desplomarse como un castillo de naipes.

Colau también está imputada

Oltra acudirá al juzgado solo dos días antes de la cita de Díaz y su imagen sentada en el banquillo no será la mejor propaganda para una izquierda que siempre ha presumido de pulcritud, en lo que se refiere a la justicia, pero que a la hora de la verdad mira para otro lado con la excusa de la 'caza de brujas'.

Además, las piezas del puzzle de la vicepresidenta han ido siendo señaladas poco a poco, pues Oltra no es la única que tiene cuentas pendientes en los tribunales. También la alcaldesa de Barcelona declaró a principios de marzo ante el Juzgado de Instrucción 21 del TSJ de Cataluña, como investigada por presunta malversación, prevaricación, fraude, negociaciones prohibidas y tráfico de influencias por supuestas irregularidades en la concesión de subvenciones a entidades sociales.

A esto se sumó el pasado mes de abril una imputación por los delitos de coacciones y prevaricación al presionar supuestamente a un fondo de inversión para que destinara inmuebles de su propiedad a alquiler social, bajo la "amenaza" de no concederle licencias de obras.

Más problemas para Errejón y Mónica García

Además, otros dos casos revuelven las aguas de la izquierda. Por un lado, las finanzas de Más Madrid están siendo escrutadas por el Tribunal de Cuentas tras la demanda interpuesta por Recupera Madrid contra sus excompañeros por presunta financiación irregular, pero también hace algunas semanas el periódico El Mundo desvelaba que Más País simuló una reunión del partido para poder concurrir como grupo a las elecciones de noviembre de 2019. En los chats que aparecen de esas fechas, se desvela cómo se intentó burlar los trámites convencionales e incluso se falsificaron firmas para su constitución.

De esta manera, a la vista del rosario de asuntos que cercan a los aliados de Díaz parece complicado que su proyecto comience con buen pie. Los protagonistas de su plataforma están señalados y quemados, pues están más cercanos a lo que ellos llaman vieja política que al proyecto regenerador y moderno que dice abanderar la vicepresidenta. Son las piezas de un proyecto que si sigue con las mismas caras nacerá muerto.