Sánchez vende unidad en la OTAN mientras sus socios comunistas le torpedean
El presidente ha definido el papel de la OTAN como "democracias que se unen para defender la democracia" mientras el PCE cuestiona la política de defensa del Gobierno al que pertenecen
La Cumbre de la OTAN ha arrancado de forma oficial. Sánchez irrumpía en el IFEMA acompañado del secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, intentando vender una imagen de unidad que no encuentra en el seno de su propio Gobierno. De hecho, mientras el presidente aseguraba que el objetivo del encuentro "es claro y consiste en trasladar un mensaje de unidad por parte de los aliados", uno de sus socios del Ejecutivo, el Partido Comunista, aparecía para mostrar su más absoluto rechazo a la OTAN.
El presidente del Gobierno aprovechaba la ocasión para sacar pecho por la celebración de una cumbre que coloca a España en el epicentro de la política internacional durante unos días, y que servirá para "debatir sobre los desafíos globales y estrechar la colaboración".
"El objetivo es trasladar un mensaje de unidad por parte de los aliados, de los estados miembro de la Unión Europea, un mensaje de democracias que se reúnen para defender la democracia, para defender los valores que nos unen", ha dicho Sánchez.
Además, ha explicado la importancia de la cumbre para España, pues además, de que el marco estratégico que se va a aprobar llevará el apellido Madrid, marcará un antes un después para la la incorporación de "dos democracias muy importantes, Finlandia y Suecia. Deseamos al secretario general el mayor de los éxitos".
Junto a ello, en tercer lugar, Sánchez ha destacado que se incorporará "en el concepto estratégico algo muy importante para el sur de Europa, que es el flanco sur como un elemento en el que también tenemos que poner los ojos y centrar nuestra atención, en particular, en la zona del Sahel".
Pero además, una vez que Stoltenberg ha tomado la palabra, éste ha señalado que se marcará la "hoja de ruta de la OTAN en un mundo más imprevisible y más peligroso". Según ha detallado, la Alianza pondrá en marcha cambios "importantes" en su política de disuasión y defensa con fuerzas "más preparadas, activas y equipos sobre el terreno".
Además, acordará un "exhaustivo" paquete de medidas para que Ucrania "pueda mantener su derecho de autodefensa" y ha recordado que en ese mundo más peligroso se necesitan "fuerzas mas preparadas y más activas", por lo que ha dejado claro que "para defendernos es necesario invertir más".
Pero mientras Sánchez se revestía de toda la pompa que conllevaba la ocasión, en el otro extremo del país, en concreto, en Málaga, José Luis Centella, presidente del PCE, al que pertenece Yolanda Díaz y Enrique Santiago, salía a la palestra para rechazar el aumento del gasto militar que, asegura, "va a plantear la OTAN" a España en la Cumbre porque, como ha advertido, "los problemas" de los españoles "no vienen" por los conflictos con países del Este, sino de la crisis y de la inflación.
Con estas palabras se ha dirigido al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, al que ha dicho que asegurar que los peligros para España vienen desde el Este "es un lenguaje de guerra fría y una absoluta falsedad" que solo se justifica si Albares "se considera heredero de la División Azul"; algo que ha rechazado.
Así, ha asegurado que "los problemas de España no vienen desde el Este europeo; los peligros del pueblo español vienen de la crisis, de no poder pagar la electricidad, el aumento de los combustibles y el aumento del coste de la vida. Esos son los peligros que realmente tiene el pueblo español en estos momentos", ha apuntado, advirtiendo de que "lo que nos va a plantear la OTAN es que subamos los gastos militares".
De esta manera, en la inauguración de la cumbre más importante para España de los últimos años, Sánchez ha sido incapaz de contener a sus socios de Gobierno que siguen clamando contra la OTAN, como si los últimos 40 años no hubieran existido y olvidándose de su papel como parte del Ejecutivo.