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Los pactos de Sánchez con Bildu amenazan el aniversario de Miguel Ángel Blanco

El presidente del Gobierno se parapeta tras el Rey en el homenaje de Ermua con la polémica del veto de la hermana de la víctima del terrorismo y el plantón de las asociaciones de víctimas

Mari Mar Blanco en el homenaje por el 15 aniversario de Miguel Ángel Blanco

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E. M.

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El 25 aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de la banda terrorista ETA, un motivo que debería ser unión de todos los demócratas, se ha convertido sin embargo en una situación de conflicto entre el Gobierno de Pedro Sánchez, las fuerzas constitucionalistas y las propias víctimas del terrorismo, con una fecha señalada en el calendario, el próximo domingo 10 de julio en Ermua, con el Rey Felipe VI incluido.

El homenaje de Estado a Miguel Ángel Blanco en la localidad en la que vivió y fue concejal del PP y que se convirtió en símbolo del denominado ‘espíritu de Ermua’ de unión contra los terroristas y sus cómplices, se produce en un momento en el que el PSOE ha vuelto a recurrir a Bildu para salvar una de sus leyes, la ley de memoria democrática, que para colmo deja en manos de los pro-etarras poner el solfa la Transición y considerar crímenes del franquismo hasta el año 1983.

Pedro Sánchez por tanto acudirá a Ermua justo la semana en la que los socialistas acordaban con Bildu una ley que impone el relato de estos últimos de aquellos años y donde se olvida a las propias víctimas del terrorismo, lo que ha provocado que las principales asociaciones de víctimas, la AVT, COVITE y Dignidad y Justicia, se ausenten del homenaje de Ermua en protesta por los acuerdos del Gobierno con Bildu.

Tampoco estarán otros partidos como Vox esgrimiendo por boca de Santiago Abascal que “no acudimos a falsos homenajes a víctimas de ETA junto a los blanqueadores de ETA y junto a los socios gubernamentales de Bildu”, y eso que Abascal fue también acosado por ETA y su entorno cuando era concejal del PP vasco, como Miguel Ángel Blanco.

La polémica con Mari Mar Blanco

A Sánchez le queda parapetarse en la presencia del Rey Felipe VI para evitar el aislamiento de un homenaje que debería haber sido de total unión. El PP, el partido de Miguel Ángel Blanco, sí estará en Ermua, entre otras razones por respeto a su compañero asesinado y al jefe del Estado, pese a Sánchez, aunque la polémica con la dirigente popular y hermana de la víctima, Mari Mar Blanco, ha generado mayor sensación de desconcierto al ya existente.

Mari Mar Blanco sorprendía confesando que habían vetado su intervención durante el homenaje a su hermano en el que interviene el Rey, Pedro Sánchez, el lehendakari Íñigo Urkullu y el alcalde de Ermua. La hermana de Miguel Ángel Blanco denunciaba la situación en una carta al alcalde de la localidad con copia a Moncloa y amenazaba con no ir, situación que hubiera producido aún más bochorno en el homenaje.

“Es una cuestión de pura caridad política”, se quejaban en privado los populares vascos, ante lo inconcebible de que “en un homenaje a un edil del PP sólo tomaran la palabra nacionalistas y socialistas” -la intervención de Feijóo, líder actual del partido del concejal asesinado, ni se planteó-. Al final, se ha salvado esta situación y el alcalde de Ermua asegura que buscará una fórmula para que Mari Mar Blanco intervenga.

El veto a Mari Mar Blanco o a algún dirigente del PP, que según el alcalde no provenía de él, puede que sea el temor de Moncloa a intervención crítica en un momento en el que el Gobierno de Sánchez se centra en vender el éxito de la cumbre de la OTAN pero donde los desencuentros con Podemos por el gasto en Defensa y los pactos con Bildu de la ley de memoria democrática -cuestionados hasta por Felipe González- amenazan con ensombrecer el mensaje monclovita.

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