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Escabechina en el sanchismo: la caída de los dos generales que auparon a "Pedro"

Tras la ‘purga’ de José Luis Ábalos y del ‘abalismo’ hace un año y la salida de Iván Redondo, se va la última pieza de las que conformaron el núcleo duro del presidente para asaltar Ferraz

Pedro Sánchez flanqueado por Lastra y Ábalos cuando volvió a Ferraz

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Enrique Martínez

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La salida de Adriana Lastra de la vicesecretaría general del PSOE, la número 2 del partido tras el propio secretario general, Pedro Sánchez, no es una salida cualquiera. Con Lastra se va de Ferraz el último peso pesado, la última general del núcleo con el que el presidente ganó las primarias, volvió a Ferraz y se hizo con la presidencia del Gobierno tras la moción de censura a Mariano Rajoy.

La salida de Adriana Lastra, oficialmente propiciada por su embarazo de riesgo -pero que en el sanchismo se iba rumiando tiempo tras los malos resultados de las elecciones andaluzas y las pésimas perspectivas en las encuestas-, unido a los roces que por ello había entre el equipo de Moncloa y de Ferraz, se produce justo cuando se cumple un año de otra purga importante de Pedro Sánchez: la de José Luis Ábalos, el que fuera su secretario de Organización y hombre fuerte en el PSOE.

Lastra, Sánchez y Ábalos en los "momentos dulces" del sanchismo de primera hornada.

Fueron Ábalos y Adriana Lastra quienes formaron ese primer núcleo duro de Pedro Sánchez cuando nadie apostaba por él para recuperar la secretaria general del PSOE en las primarias contra Susana Díaz, quienes manejaron en Ferraz tras ganar Sánchez la secretaría general y quienes se fortalecieron tras la llegada de Sánchez a Moncloa poniendo a todos los críticos del socialismo a sus pies.

Hoy, con la dimisión de Adriana Lastra, ya no queda nada nada del núcleo primigenio del sanchismo, tras la salida también hace un año del que fuera feje de gabinete y estratega tododeroso Iván Redondo. No queda nada de la foto con la que Pedro Sánchez y sus lugartenientes entraron en Ferraz, caída también la que fue su primera vicepresidenta, Carmen Calvo.

Si el sacrificio de Ábalos ya provocó estupor en el sanchismo hace un año, mostrando la imagen de un presidente que no tiene problemas en dejar caer a sus más estrechos colaboradores y aliados cuando las encuestas no le van de cara, y dejando huérfanos a muchos altos cargos que le apoyaron cuando la cúpula del partido le daba la espalda, la salida de Adriana Lastra escenifica un fin de ciclo del sanchismo donde nadie se salva de la purga del presidente.

Ahora Pedro Sánchez se enfrenta al dilema de quién designa en el PSOE para recoger el timón que en su día dejó Ábalos y ahora abandona Lastra, o si ese timón lo dirigirán desde Moncloa. Y sobre todo si esa imagen de fin de ciclo es para inaugurar un ciclo nuevo de sanchismo 2.0 con nuevas caras o porque está en la fase final de su estancia en Moncloa.

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