Macarena Olona: lo que pocos saben de la figura pública "al servicio de España"

Macarena Olona sorprendió a todo el mundo cuando a finales de julio publicaba en sus redes sociales (zona de confort para la diputada de Vox) una carta firmada en la que comunicaba que dejaba la política por razones de salud. Prometió que no abandonaría a los andaluzas por razones políticas y, cumpliendo su palabra, ha tenido que ser la vida personal la que haya frenado el ascenso político de esta abogada del Estado.

Pocos saben que detrás de esos férreos ideales hay una vida complicada, con piedras en el camino que se ha esforzado en ocultar y que reflejan lo que ella ha defendido muchas veces: los valores y la familia son de las cosas más importantes en la vida. Y para muestra de ello, las declaraciones que su abuela, Lucía, realizó en la pasada campaña andaluza al periódico “El Confidencial”: “Era un trasto. Tuvo una rachita difícil cuando se fue su padre, con 10 o 12 años”.

Y es que esa ausencia paterna despistó Macarena Olona. Repitió curso. Se alejó del camino marcado. Se hizo unos tatuajes a modo de “rebeldía” y, hoy por hoy, mantiene dos de ellos. Dice que se los ha dejado porque le recuerdan que, aunque nos desviemos, siempre se puede encontrar el camino. “Son un recuerdo permanente de que hay que trabajar constantemente el equilibrio, que puedes caer y que lo importante es levantarse”, llegó a decir al diario “Sur”.

Y en su caso las luces que la alumbraron fueron su familia y amigos. Especialmente su padre, que hace unos meses falleció, dejando un gran vacío en su vida, tal y como explicó en redes sociales: “Anoche me comunicaron que mi padre, Pablo Olona, ha fallecido. Cargo ahora mismo con mi corazón para ir a buscarle y acompañarle a casa. Luchó hasta el último aliento. Sólo me consuela saber que por fin descansa. Se acabó el sufrimiento, papá. Te quiero".

Su padre y su madre fueron las figuras que la empujaron a seguir adelante. Se sacó los estudios que quería, trabajó duro en la empresa de su padre y, después de mucha disciplina y habiéndose “encontrado”, logró destacar en sus estudios como abogada del Estado. De las mejores de su promoción. "He tenido la fortuna de tener una madre que es una leona, que nos sacó adelante”, señala Olona siempre que hablan de sus logros.

En cuanto a su vida personal, poco se sabe. Suele ser celosa de su intimidad y solo se conoce que estuvo casada cinco años, con un hombre que conoció en sus estudios de posgrado. Por cosas de la vida, se terminó divorciando, aunque actualmente tiene pareja estable y es madre desde 2019.

Su adiós ha sido, aunque silencioso, muy comentado. No cierra la puerta por completo a la política, pero de momento se quiere centrar en recuperarse y volver a su puesto como Abogada del Estado: “Tan pronto como me sea posible, daré continuidad a mi vocación de servicio público como Abogada del Estado. Desde donde seguiré sirviendo a los españoles”. Un punto y seguido a una carrera profesional que, asegura, siempre estará “al servicio de España”.