El boicot al acto del 17-A ahonda más la quiebra 'indepe' entre ERC y Junts
Rufián llama “miserables” a los que han pitado el minuto de silencio y acusa de “sacar rédito político” mientras miembros de Junts justifican el boicot donde Laura Borràs ha dado su apoyo
El bochornoso espectáculo vivido en las Ramblas de Barcelona durante el homenaje a las víctimas de los atentados islamistas del 17 de agosto de hace cinco años, con personas del entorno independentista que han interrumpido el minuto de silencio con insultos y pitidos, se ha convertido en un asunto más de enfrentamiento entre los dos principales partidos separatistas que gobiernan Cataluña: ERC y Junts.
Desde ERC, el más contundente ha sido su portavoz en el Congreso, el siempre locuaz Gabriel Rufián, que ha llamado “miserables” a los que han boicoteado el minuto de silencio y ha insinuado, sin mencionar directamente a sus socios de Junts, que han “intentado sacar rédito político”.
“No respetar un minuto de silencio en recuerdo a las víctimas de un atentado es miserable. Y sacar rédito político de ello, despreciable. No en mi nombre”, ha expresado Rufián en sus redes sociales, con multitud de contestaciones en contra de simpatizantes de Junts.
Desde el otro partido del independentismo, Junts, no se ha sido tan duro con los manifestantes que han interrumpido el homenaje, y su líder, Laura Borràs, presidenta del Parlament y procesada, no sólo no ha condenado los incidentes, sino que se ha dirigido a los manifestantes para animarles y aplaudirles y estos le han respondido al grito de “presidenta”. Rufián, por cierto, ha retuiteado un mensaje que califica de “trumpista” y “vergonzosa” la actuación de Borràs.
Junts sí ha puesto un mensaje en sus redes rechazando que se interrumpa el minuto de silencio con pitidos, pero diputados de la formación como Jaume Alonso-Cuevillas i Sayrol -que se presenta como abogado de las víctimas- han defendido el boicot de los manifestantes asegurando que se pitaba sólo a los políticos y que únicamente se ha gritado “queremos saber la verdad”, algo que por cierto las propias imágenes del acto demuestran que no es cierto.