El pistolero de Tarragona recibe la eutanasia sin mostrar arrepentimiento
Las víctimas del pistolero habían solicitado que se paralizase la eutanasia hasta después de la celebración del juicio contra él, pero el tribunal se ha negado.
A media mañana del pasado 14 de diciembre, Eugen Sabau se convirtió en el pistolero de Tarragona. Lo hizo después de irrumpir en las instalaciones de la empresa de seguridad para la que había trabajado en la ciudad catalana y comenzar a disparar contra tres de sus excompañeros. Tras el ataque, emprendió una huida de varias horas, en la que tiroteó a un mosso d'Esquadra en un control, antes de atrincherarse y quedar tetrapléjico al ser neutralizado por una herida de bala.
Meses después de cometer estos delitos, Sabau pidió la eutanasia por las graves dolencias que sufría y como avalaron sus doctores ya que vive con un sufrimiento físico grave, crónico e imposibilitador y es consciente de su situación. Pese a las denuncias de las víctimas, el tribunal ha seguido para adelante, dando la posibilidad de eutanasia a Sabau, que recibirá este mismo martes.
Ahora, los representantes legales de los afectados por el ataque del acusado pueden iniciar acciones civiles contra la administración por este ataque. Este lunes, el juzgado denegó la última petición de Eugen Sabau, para quedar en libertad antes de que mañana se le practique la eutanasia. Consideró que existe riesgo de fuga y que el ex vigilante no se ha arrepentido de su ataque.
También destacó que el acusado no ha manifestado a lo largo del procedimiento ningún tipo de arrepentimiento ni ha pedido perdón a las víctimas, de lo que se desprende "una escasa voluntad por su parte de asumir responsabilidades por sus actos, al menos en el proceso judicial en el que está inmerso". Con la eutanasia se pone fin a la escapada de Sabau.