El dilema de Raquel Sánchez: exculparse ella del tren implica señalar a Puig
La ministra de Transportes comparece en el Congreso para informar del ‘tren del pánico’ con un gran problema: puede acabar acusando al gobierno socialista de la Generalitat
La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, comparece en sesión extraordinaria en el Congreso para informar sobre el incidente del tren que se vio atrapado en el incendio de Bejís, el llamado ‘tren del pánico’ por las escenas que se vivieron, y habrá un sitio donde seguirán muy atentos su comparecencia, más que la propia oposición: en la Generalitat Valenciana que preside el socialista Ximo Puig.
Y es que las declaraciones de la ministra, así como de los responsables de Adif y Renfe, en los últimos días, defendiendo una correcta actuación de Renfe y del maquinista, sitúan la pelota de los graves problemas de descoordinación que acabaron con el tren en medio del incendio, pudiendo haberse vivido una tragedia con muertos -todavía hay heridos ingresados por quemaduras-, en el tejado de la Generalitat, que gestiona las Emergencias.
Si Raquel Sánchez mantiene el mismo discurso en el Congreso, el de que desde su departamento se actuó correctamente, un discurso que le quita la responsabilidad a su ministerio y al Gobierno de España, estará señalando directamente como culpable al Gobierno de Ximo Puig, encargado de facilitar esa información que nunca llegó para que el tren no saliera directo al incendio. Un dilema, el exculparse unos es inculpación de los otros.
Desde el lado de la Generalitat, se escudan en que “hay una investigación judicial abierta” a la espera de dar explicaciones -la consellera encargada de las emergencias, Gabriela Bravo, comparecerá en las Cortes Valencianas por los incendios, pero no por el incidente del tren- pero el nerviosismo va creciendo ante las informaciones que van apareciendo y que muestran una cadena de desinformación y descoordinación que provocó el incidente. Raquel Sánchez puede dar todavía más presión con lo que pueda decir en el Congreso.
Además, a Raquel Sánchez no le conviene enfrentarse a un gobierno autonómico socialista, y en particular a una consellera, Gabriela Bravo, que es un peso pesado del gobierno valenciano y pareja a su vez de Ximo Puig, con grandes conexiones en Madrid y en la judicatura por su anterior cargo de portavoz del CGPJ. No es una consellera cualquiera. Por eso la ministra de Transportes tiene ante sí el reto de medir sus palabras y ver hasta donde llega la inculpación del gobierno de la Generalitat.
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