El Gobierno se niega a ver el descalabro económico anteponiendo las urnas
Calviño asegura que hay valores económicos “esperanzadores” agitando los “brotes verdes” de Zapatero y confirmando la estrategia de Moncloa de cara a un 2023 “electoralizado”
España atraviesa una de las crisis económicas más graves de la última década. Después de la debacle financiera de 2008, con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero a la cabeza, ahora es otro presidente socialista, Pedro Sánchez, el que ha llevado al país a una nueva recesión económica inminente.
Los datos no engañan: las cifras de paro son de las peores de la Unión Europea, la inflación supera el 10% siendo líderes en porcentaje de IPC con respecto al resto de países de nuestro entorno, a la cola de Europa en ejecución de fondos de recuperación de Bruselas, y así un largo etcétera.
Pero este domingo la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño, ha querido salir del paso agitando el árbol de los “brotes verdes”, aquellos indicadores económicos de Zapatero en la década pasada que según él reflejaban el auge de la economía española y el fin de una fugaz crisis financiera. Evidentemente, no fue así.
Pero aquella estrategia sirvió para que el PSOE se aferrara al poder cuatro años más, hasta 2011. Y ahora Moncloa está decidida a hacer lo mismo. Por ello Calviño ha citado en una entrevista al diario “La nueva España” que ya hay indicadores económicos positivos que indican que la economía de nuestro país no está tan mal como dicen “los medios conservadores” y los “poderosos”.
“El INE ha revisado al alza su estimación del aumento del PIB en 2021 hasta el 5,5%, y confirmado que se mantiene un crecimiento muy fuerte en la primera parte de este año, a pesar del complejo escenario internacional. Este dinamismo en buena medida se debe a las medidas adoptadas durante la pandemia y las reformas e inversiones de los fondos europeos del Plan de Recuperación, que van a aumentar el nivel del PIB en 2,6 puntos adicionales de media hasta 2031”, ha espetado la titular económica.
“Los datos que tenemos de mercado laboral son muy buenos: más de 20 millones de personas afiliadas a la Seguridad Social y menos de 3 millones de parados. No solo se crea empleo sino de más calidad, gracias a la reforma laboral. Eso debe darnos confianza en nosotros mismos: España tiene fortalezas para abordar los retos actuales”, ha recalcado Calviño, al tiempo que defendía que los españoles están en una mejor situación que otras naciones de nuestro entorno.
Un mantra que se ha venido repitiendo en el tiempo y que puede repetirse en los próximos meses, ya que 2023 se ha convertido en un año clave para el PSOE: las elecciones municipales y autonómicas serán un punto de inflexión para Sánchez y el termómetro perfecto que podría indicar el final del “sanchismo” en favor de Alberto Núñez Feijóo y su renovado Partido Popular, que lidera con puño de hierro las encuestas (menos la del CIS de Tezanos, que otorga un empate).
Un mantra que, si los principales organismos económicos aciertan en sus predicciones, quedará inutilizado, ya que se prevé que el PIB se desplome para principios de año, que la inflación se cronifique por el auge de precios de los combustibles y del gas y que el paro aumente como consecuencia de todo ello. Pero la solución está ya establecida en el manual de comunicación de los socialistas: culpar a Putin y decir que hay medidas aplicadas para socorrer a los trabajadores. Todo, por supuesto, sin bajar impuestos, tal y como exige el Partido Popular.
“Estamos tomando medidas eficaces que han permitido contener la inflación en 3,5 puntos porcentuales, como el tope al gas, que ha supuesto ya un ahorro de 2.300 millones a familias y empresas españolas, la bonificación al transporte o la bajada de impuestos de la luz y del IVA del gas, pellets y leña, importante también en el mundo rural. Desde el Gobierno no vamos a dejar de actuar con determinación, a nivel nacional y europeo, para apoyar a los ciudadanos y para tratar de contener los precios, aunque todo está sujeto a una alta incertidumbre y volatilidad derivada de la evolución de la guerra”, ha señalado Calviño en la entrevista, dejando patente ese “guion”: estamos haciendo cosas útiles y la culpa de los problemas "la tiene Putin, el covid y el PP".
Sánchez, sometido a una transparencia obligada por Génova
Sin embargo, todo ese ideario y las estrategias de comunicación de Moncloa se pueden ir al traste por la oposición del PP, que ya ha pedido que Sánchez no se limite a dar mitines, sino que comparezca en el Congreso y de explicaciones de su gestión para así evidenciar la inacción del Ejecutivo.
De hecho, el presidente del Gobierno tendrá que responder el próximo miércoles en el Congreso a preguntas del PP y Ciudadanos sobre la crisis energética y también hablará, a instancias de Compromís, de la reforma del sistema de financiación autonómica, que sigue pendiente.
Sánchez regresará a la sesión de control del Pleno del Congreso tras estar ausente en la de esta semana por su viaje a Nueva York para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas. La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, intentará que concrete si piensa hacer algún "sacrificio" por los españoles en este contexto de crisis energética.
"¿Qué sacrificios está dispuesto a hacer el presidente del Gobierno por el bien de los españoles?", reza la pregunta registrada por Gamarra tras las críticas que los 'populares' han vertido contra el presidente en el contexto de la crisis derivada de la guerra de Ucrania por su uso del Falcon o el número de ministerios del Ejecutivo.
De su lado, la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, quiere saber si Sánchez considera realmente que el Gobierno "hace todo lo posible" para ayudar a las familias españolas. Además, el diputado de Compromís, Joan Baldoví, preguntará a Sánchez si, en los próximos presupuestos, contempla crear un Fondo Transitorio de Nivelación para igualar a las Comunidades Autónomas peor financiadas a la media de financiación hasta que entre en vigor el nuevo Sistema Autonómico de Financiación.