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Sánchez pierde el control y se ve obligado a tomar decisiones a remolque

El covid ha dejado "desaparecido" al presidente esta semana de sobresaltos para el Gobierno. Con la creciente sensación en sus filas de que nadie está al timón de las decisiones importantes.

Pedro Sánchez, en la tribuna del Congreso.

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Algunos dirigentes socialistas ironizan en estos últimos días asegurando que Pedro Sánchez ya no “manda” en el PSOE. La broma es una exageración, claro, aunque sí encierra una certeza que se extiende cada día más: que el presidente ha perdido el control de su estrategia y se conduce a remolque de los acontecimientos, de sus socios y de sus propios barones territoriales.

El terremoto fiscal provocado esta semana por el rebelde Ximo Puig ha cogido a contrapié por igual forma a Moncloa y a Ferraz. Y las circunstancias de la última crisis que fabricó Sánchez han querido que la persona que ha tenido que inmolarse haya sido, a la vez, la ministra de Hacienda y la gran jefa del PSOE.


Porque si en algo coinciden propios y extraños es que María Jesús Montero ha hecho este jueves lo que no quería hacer y lo que negaba que iba a hacer: tocar impuestos a la baja. Pero Sánchez se ha visto acorralado y desbordado primero por el sincronizado reloj del PP de Alberto Núñez Feijóo y después por el plagio a los populares de Ximo Puig.

“El Sánchez de comienzo de la legislatura no se lo hubiera permitido. Ni Ximo se hubiera atrevido a retarle así”, afirma a ESdiario un dirigente socialista.

En el "punto de mira" de Bruselas

La segunda muestra de que Sánchez navega a merced del temporal es la visita a España del comisario de Justicia de la Unión Europea, Didier Reynders, que concluye de forma muy distinta a cómo había diseñado Moncloa.


Pedro Sánchez (en el trailer de su serie filtrado este jueves) sigue viviendo su particular "realidad paralela".


Se trataba de presentar al PP como el responsable único del caos en el CGPJ pero Reynders abandona Madrid con un ultimátum al presidente. Sería poco estético, ha venido a advertir Reynders, que Sánchez presidiera Europa en 2023 con estas credenciales de guerra con el Poder Judicial sin cerrar.

La tercera carpeta que se le ha descontrolado a Sánchez está semana ha sido la catalana. Porque ni las cesiones, ni la mesa bilateral ni el “proceso de desjudicializacion” de la política diseñado desde el Gobierno ha servido para calmar a Junts y el frente catalán de Frankenstein.


Eso sí, fuentes gubernamentales se aferran estos días al clásico de que “no hay mal que por bien no venga”. Porque si Pere Aragonés se ve obligado a ser rescatado por el PSC de Salvador Illa, Esquerra se verá obligado a apuntalar aún más a Sánchez en Madrid.

En cualquier caso la sensación de descontrol absoluto se ha extendido esta semana en la que, además, Sánchez está desaparecido por su positivo en covid.

Una sensación general que ha resumido en estas últimas horas el portavoz del PNV, Aitor Esteban. “Esto no es gobernar, aquí cada uno hace propuestas según se le ocurren de cara a las elecciones”.