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Ferraz se plantea "encapsular" a Sánchez ante el rechazo que provoca en la calle

Ultimátum de los estrategas socialistas en los territorios: cada salida del presidente es una pesada losa para los candidatos que se juegan sus cargos en las urnas de mayo.

Sánchez recibió este miércoles un nuevo veredicto de las urnas.

Sánchez recibió este miércoles un nuevo veredicto de las urnas.

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El buscador de Google no engaña. Si un español busca Sánchez abucheado obtendrá como resultado que el presidente ha encadenado sonoras pitadas y protestas en Sevilla, Toledo, Ermua, Extremadura, Ceuta, Granada, Salamanca ...

No hay nada peor para un político en campaña, más aún si es un candidato a la reelección, que la hostilidad de la calle. Los temidos abucheos y silbidos, el mejor termómetro del sentir ciudadano que juzga y que vota.


Si antes del verano los abucheos ya eran cosa común en las escasísimas tomas de contacto con la calle, desde septiembre cada acto de Sánchez se topa con los silbidos, abucheos y peticiones de dimisión

Por eso, todas las alarmas se han activado en La Moncloa al ver cómo ha naufragado en apenas dos meses de nuevo curso político la nueva hoja de ruta de los estrategas presidenciales: la de obligar a Sánchez a volver a pisar el asfalto y seducir a los españoles para tratar así de dar el vuelco a las negras encuestas del PSOE.

Pero el jefe de gabinete del presidente, Óscar López, su más próximo colaborador Antonio Hernando, así como el ministro Félix Bolaños han pinchado en hueso. Porque Sánchez, el político de la calle que se aupó a la Secretaría General con la imagen de su viejo Peugeot se ha convertido en tiempo récord en el presidente del Gobierno menos apreciado y más odiado por los españoles. Fuentes socialistas reconocen que ni el Zapatero de la crisis económica y las secuelas post11-M encontró tal hostilidad en la calle.

Si antes del verano los abucheos ya eran cosa común en las escasísimas tomas de contacto con la calle, desde septiembre cada acto de Sánchez se topa con los silbidos, abucheos y peticiones de dimisión. Los de este 12-0 son un clásico, pero los que escuchó en Sevilla al llegar a un acto del PSOE y en Galicia al llegar a la cumbre hispano-alemana, no.


Sánchez recibido en septiembre en Sevilla entre abucheos y protestas de los ciudadanos.


Fuentes del Gobierno y del PSOE reconocen a ESdiario que la preocupación en la Moncloa crece día a día. “El presidente no rentabiliza su política expansiva y de colchón social. Y no empatiza con el español de a pie, clave en tiempos electorales”, afirma un diputado socialista con experiencia en organización de campañas en su territorio. “Tal vez su imagen de prepotencia sea irreversible”, añade.

La campaña El Gobierno de la gente pincha

Estas mismas fuentes desvelan que Moncloa estudia revisar su estrategia y “modular” los actos del presidente en los que esté en contacto con ciudadanos. Y explotar su agenda internacional, en la que Sánchez sí está demostrando que se mueve como pez en el agua gracias a su imagen y su dominio del inglés. Otra cosa es que en el Ala Oeste monclovita se considere que esas fotos vip tengan luego su rentabilidad en las urnas.

“El presidente no rentabiliza su política expansiva y de colchón social. Y no empatiza con el español de a pie, clave en tiempos electorales”, afirma un diputado socialista con experiencia en organización de campañas

Pero en Ferraz hay otra doble derivada sobre este handicap electoral que preocupa también. En primer lugar, que los abucheos de Sánchez se están extendiendo a sus ministros, algunos del núcleo duro y llamados a liderar candidaturas de pedigrí, véase Marlaska, Robles o Llop.


Y en segundo lugar, que el desafecto al presidente tiene su réplica en el partido. Sánchez protagonizó sonoros pinchazos en sus mítines de la campaña andaluza. Y su gira por los territorios con su campaña El Gobierno de la gente ha dejado sus actos a media entrada. Y eso que se ha huido expresamente de grandes polideportivos para evitar aún mayores bochornos al jefe.

Y es que como ironiza el diputado antes citado, si Sánchez se empeña en seguir bajando a la calle, “no habrá Tezanos que le salve”.

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