Sánchez busca arañar votos y desgastar al PP truncando la renovación del CGPJ
Moncloa es consciente de la indiferencia ciudadana ante la renovación del Consejo y busca dinamitar los acuerdos a la desesperada para sacar rédito electoral
Llevaban los socialistas años intentando que calase el reproche al PP, por evitar por todos los medios la renovación del CGPJ cuando las reglas del juego y los números eran favorables al PSOE. Creyeron Pedro Sánchez y su entorno que su insistencia calaría en el estado anímico de la sociedad y que la actitud del PP, acabaría provocando una penalización de cara sus expectativas electorales. Sin embargo, en un momento en el que a la gente le preocupa el recibo de la luz, la cesta de la compra, cada vez más costosa y más escasa, y las mañas para poder llegar a fin de mes, ese intento de erosionar a los populares por no renovar la cúpula judicial no ha surtido efecto, electoralmente hablando.
Es más, si el PP trató de embarrar el terreno, tras su bochornoso wasap en el que el bueno de Ignacio Cosidó, a la sazón portavoz del PP en el Senado, reconocía abiertamente su intención de controlar el CGPJ y el Tribunal Supremo “por la puerta de atrás”, el PSOE acabó echándole estiércol, con la ley que retiró sus principales competencias al órgano de gobierno de los jueces, enmendada posteriormente y sólo para el caso que interesa al Ejecutivo, que es la renovación de los miembros del Tribunal Constitucional.
En todo caso, a la ciudadanía le importa más bien poco, en términos electorales, lo que pase con los órganos constitucionales y, en especial, con el CGPJ. No parece que la gente conecte la lentitud y el deficiente funcionamiento de la Justicia con la falta de nombramientos de quienes deben ocuparse en cada territorio de la Administración de Justicia en las más altas instancias.
Parece claro que al Gobierno le conviene renovar el CGPJ con arreglo a la mayoría parlamentaria actual, por si ese porcentaje mengua en el futuro y por las causas y leyes que pueden verse sometidas a criterio del CGPJ o del Tribunal Constitucional de ahora en adelante. Pero ¿Qué beneficio saca el PP de la firma de este pacto? “Es una cuestión de demostrar con hechos el talante y nuestra predisposición a los acuerdos y pactos de Estado”, asegura un dirigente de la cúpula del PP consultado por ESdiario.
"Al Gobierno le conviene renovar el CGPJ con arreglo a la mayoría parlamentaria actual, por si ese porcentaje mengua en el futuro y por las causas y leyes que pueden verse sometidas a criterio del CGPJ o del Tribunal Constitucional de ahora en adelante"
Desde las filas socialistas, aseguran que su estrategia de desgaste, personalizada en Alberto Núñez Feijóo, digan lo que digan las encuestas publicadas, sí ha dado sus frutos y que se ha visto obligado a demostrar ese “talante y buena disposición al acuerdo”, características que precedieron a su llegada a Madrid y que los propios socialistas elogiaron antaño, cuando se trataba de compararlo con la “oposición destructiva” que ejercía Pablo Casado.
Cálculos electorales al margen, unos y otros han decidido sellar un acuerdo -primero y último- independientemente de que el resto de la legislatura transcurra a cara de perro. Ni en los cuarteles generales del PP, en la madrileña calle Génova, ni en el Palacio de la Moncloa están por la labor de establecer nuevos acuerdos ni Pactos de Estado. Otra cosa -aclaran en el PP- es que pueda haber votaciones coincidentes en el Parlamento siempre que los populares entiendan que va en beneficio del conjunto de los españoles y en línea con las propuestas que va poniendo sobre la mesa el partido de Alberto Núñez Feijóo. “De hecho -subrayan desde la dirección del PP- el Gobierno nos está copiando muchas medidas económicas que antes criticaba y se negaba a aceptar”.
Por su parte, Pedro Sánchez y su entorno siguen confiando en que buena parte de los votantes acabarán apreciando las políticas aplicadas por el gobierno y estableciendo una diferencia entre la crisis que le tocó gestionar al PP, con Mariano Rajoy en la presidencia del gobierno, y la actual, en la que -están convencidos- salen ganado en la comparativa, si se trata de analizar el “escudo social” aplicado por las políticas actuales, independientemente, claro está, del coste de ese escudo. “Hay voto oculto”, subraya un dirigente socialista, mientras lamenta que Pedro Sánchez “no cae bien a buena parte del electorado”, pese a las políticas que se han puesto en marcha y que, en su opinión, han permitido a las familias afrontar la crisis provocada por la pandemia y posteriormente por la crisis energética y la guerra en Ucrania, sin perder sus puestos de trabajo, a base de ayudas y subvenciones.
Esta misma fuente indica que las sucesivas crisis encadenadas se han llevado por delante a no pocos mandatarios europeos, como el italiano Mario Draghi o el ex premier británico Boris Johnson y está por ver si cae también su sustituta Liz Truss, pero que Sánchez sigue en el poder y que aprobará sus presupuestos “casi con toda seguridad” y va a continuar peleando para gobernar la próxima legislatura. El problema – también lo reconoce otro dirigente territorial del PSOE- es que, para seguir adelante, necesita a esos socios que son su criptonita (Podemos, ERC, Bildu…).
Esta misma fuente no descarta que Sánchez acabe por sacudirse a todos estos socios en cuanto tenga resueltos los Presupuestos, pero lo que tiene claro -esta y todas las consultadas- que más allá de la escenificación del Pacto de Estado- si es que finalmente se alcanza en esta semana- no hay nada más que acordar con el PP en lo que queda de legislatura. Será el primer y el último acuerdo, porque ninguno de los implicados quiere seguir por esa senda con las elecciones a la vuelta de la esquina.