Sánchez se dirige a la fiesta descafeinada que evidencia la fractura del PSOE
La celebración del 40 aniversario de la victoria socialista programada este sábado en Sevilla será pasada por agua y no porque llueva sino por los 'vetos' y ausencias de sus dirigentes.
Aún no se conoce el contenido de las intervenciones del expresidente del Gobierno, Felipe González, y del actual, Pedro Sánchez, que serán los encargados de dirigirse al público de Fibes este sábado en Sevilla con motivo de la celebración del 40 aniversario de la victoria del PSOE de 1982. Pero poco importa, porque el acto se ha deslucido y lo que ha despertado verdadera curiosidad es quien acudirá al mismo además de los dos ponentes.
Manuel Chaves, recientemente condenado por la corrupción de los ERE, ya ha hecho una aparición pública en otro acto socialista y se le espera también este sábado.
Y es que lo que parecía que iba a ser una fiesta en la que los antiguos dirigentes y los actuales mostraban su unidad y fortaleza encarando el año electoral, se ha convertido en un despropósito por un incomprensible protocolo que ha dejado fuera a los históricos del partido, al mismo tiempo que parece que exista una directriz desde Ferraz para empañar el encuentro, al que tampoco van a asistir la mayoría de los barones del PSOE.
La polémica se desató por no haber invitado al que fue vicepresidente del Gobierno con González, Alfonso Guerra. Ambos no mantienen su relación en el mejor momento, pero de ahí a no cursarle invitación existe un abismo.
Tras la protesta pública de Guerra rectificaron y aseguraron que había sido invitado, pero todo apunta a que no se le verá en ese asiento reservado en la primera fila porque se ha convertido en una persona incómoda para el PSOE de Sánchez, con duras críticas como la realizada contra sus socios de Bildu o la última sobre la negociación con ERC para rebajar las penas del delito de sedición.
Los antecesores vivos de Sánchez en la Secretaría General del PSOE: Zapatero, González y Almunia.
Guerra y otras voces discordantes ponen de relieve que existen muchas distancias en la filosofía y forma de actuar de ese PSOE que estrenó la Democracia con el actual que no le importa mantener el asiento a cambio de la unidad del país.
Mejor festejar tres años de 'sanchismo'
Tampoco se ha cursado invitación formal para otras figuras del PSOE como el expresidente andaluz, José Rodríguez de la Borbolla, o la senadora Susana Díaz, aunque esta última ha confirmado que han contactado con ella y asistirá. También estará entre los invitados de 'honor' el expresidente de la Junta Manuel Chaves, aunque no su sucesor José Antonio Griñán, y aquí es donde chirría el protocolo del acto.
Chaves, recientemente condenado por la corrupción de los ERE, ya ha hecho una aparición pública en otro acto socialista y se le espera también sábado. Aquí podría estar el motivo de Ferraz para alejar a sus actuales dirigentes del encuentro en el sur y de la imagen que ha dejado el PSOE en Andalucía, marcado por el mayor caso de corrupción del país.
A Sánchez no le queda más remedio que asistir, pero no le quiere dar bombo a la cita y prefiere que sus presidentes autonómicos le arropen el 12 de noviembre en el gran acto programado en Madrid, para celebrar, en lugar de los 40 años de socialismo los tres de 'sanchismo' , por lo que les ha pedido que reserven el día en sus agendas.
El que ha sabido escapar de toda esta polémica y no le importa dar la mano igual a Chaves que a Sánchez, es el actual secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, que presume de pasado y presente socialista, mientras transita en su día a día sin dar explicaciones sobre la polémica.
Todo ello a pesar de que es de los pocos que tendrán voz en el acto en una mesa que compartirá con la presidenta del PSOE, Cristina Narbona; la vicesecretaria general, María Jesús Montero; y el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz.