RTVE quema 40 millones por 20 partidos de Catar sin exclusividad ni anuncios
Aunque ingrese por patrocinios 20 millones de euros, suma sólo alcanzable con la publicidad que tiene prohibida, perderá otros 20 millones del erario público.
RTVE ya ha perdido el Mundial. 38,7 millones (con gastos derivados supera los 40 millones) pagará la corporación pública por emitir en España un tercio de los partidos (20) de Catar sin exclusividad ni libertad de anuncios.
Los 64 encuentros los retransmitirán (en pago) sólo Mediapro y Movistar, incluidos los 20 de TVE. Las privadas preveían un retorno publicitario de 20 millones en abierto. La tele de todos, limitada legalmente a facturar sólo patrocinios y con un mercado compartido, podría perder gran parte de lo invertido. Como mínimo 20 millones, aunque igualara el retorno soñado por las privadas.
Como todo en el sanchismo, el criterio es variable. RTVE renunció a la Supercopa de Arabia por razones humanitarias, pero ve papel mojado los informes sobre violaciones de derechos en Catar en vísperas del mundial.
La corporación que preside Elena Sánchez apuesta 40 millones al éxito de la selección española. Si no supera la primera fase, tras emitir los tres encuentros fijos con presencia de la roja, RTVE se comerá 17 partidos con menor interés. Desbancar a Mediaset y a Antena 3 tampoco ha beneficiado al espectador: pierde 44 partidos en abierto. Mediaset compró todos los partidos en mundiales previos.
A los 38,7 millones de compra de la emisión hay que sumar más de 700.00 euros de alojamiento por 36 días abonados a CATAR ACCOMMODATION AGENCY. No hubo otra oferta. Con impuestos se eleva a 847.000 euros. Y los costes técnicos de emisión, unidades móviles (más de 700.000 euros), instalación de equipos (1,3 millones), grúas, satélites, un operativo de 73 personas desplazadas etc.
Para complicar más las cosas, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia restringe aún más los ingresos de TVE por la gran cita mundialista. “La ley permite excepcionalmente que la CRTVE pueda emitir competiciones deportivas con contrato de patrocinio u otras formas comerciales cuando formen parte indivisible de la adquisición de derechos y de la producción de la señal a difundir.
Elena Sánchez estrena su mandato con su primer gran desafío, Catar: ¿trampolín o autogol?
La excepción legal sólo ampararía la emisión de publicidad de los patrocinadores de la competición y demás afiliados comerciales de la FIFA, que se habrían notificado a CRTVE en el momento de la adquisición de los derechos. CRTVE no podría emitir publicidad en general, contratada por anunciantes distintos de los afiliados comerciales de la FIFA”.
La corporación que preside Elena Sánchez apuesta 40 millones al éxito de la selección española. Si no supera la primera fase, tras emitir los tres encuentros fijos con presencia de la roja, RTVE se comerá 17 partidos con menor interés
Esto pulveriza toda negociación. Sólo pueden publicitarse los patrocinadores que diga el máximo órgano que dirige el fútbol internacional. Y bajo un absoluto trágala: admites nuestros precios o no hay patrocinios.
RTVE tiene que buscarlos sólo entre las firmas bendecidas por la FIFA: Cocacola, Adidas, Visa, Wanda, Qatarenergy, Qatar Aiways, Hyundai, Qnb Group, Hisense, Mengniu Group, Crypto.com, Byju’s, Vivo, Budweiser, MacDonald´s, Algorand, Ooredoo, Claro, Frito-lay…
Firmas con cero interés para España
Ahí acaba el universo exprimible. ¿Cómo sacar 20 millones de tal ramillete de firmas por 20 partidos? Algunas con cero interés por España. Las pérdidas pueden agravarse por un autogol: comprar 20 partidos que se revenden meses después a un canal de pago por Mediapro, ganadora de la subasta de la FIFA, y que también los emitirá al completo. Comparten espectadores y tarta comercial.
Si por milagro RTVE retornara 20 millones con tales patrocinadores, seguiría perdiendo otros 20 millones. Necesita facturarles dos millones por partido para no perder. Es más fácil que se corone campeona la roja.
Trabajadores de RTVE censuran la apuesta. La cadena pública pugna con dinero de todos para conseguir audiencia cuando no aporta ingresos proporcionales a la inversión. La audiencia por la audiencia. Huele a pan y circo sanchista.
Esos patrocinios no mejoran el presupuesto ni la calidad o producción propia de RTVE: cuanto inyectan se resta de la aportación estatal. No suma. El presupuesto de la corporación que preside Elena Sánchez, 1.200 millones, sigue incólume.
Las miserias y el ... progresismo
Mención aparte supone abrillantar Catar sobre sus miserias con dinero de un gobierno que se dice progresista. “Desde 2010, año en que la FIFA concedió a Catar la organización de la Copa Mundial de Fútbol 2022 sin exigir al país ninguna mejora de sus protecciones laborales, cientos de miles de trabajadores y trabajadoras migrantes se han enfrentado a sufrir abusos contra los derechos humanos mientras realizaban tareas de construcción y servicio en estadios, hoteles, transportes y otras infraestructuras”, clama Amnistía Internacional.
Exige 440 millones de dólares para ellos. Lo que cobraría una selección de inmigrantes explotados por Catar si jugara.
Dinero hay. “A 31 de diciembre de 2021, los ingresos de la FIFA ascendían a 6.114 millones de dólares, procedentes principalmente de los derechos de televisión y de marketing relacionados con Catar 2022”.
Trabajadores de RTVE censuran la apuesta. La cadena pública pugna con dinero de todos para conseguir audiencia cuando no aporta ingresos proporcionales a la inversión. La audiencia por la audiencia. Huele a pan y circo sanchista.
Abolir el kafala (atadura del inmigrante a su empleador), lograr un salario mínimo o las reparaciones económicas “no son cosas sencillas de poner en marcha", excusa la FIFA. Pero se jacta de que ya tienen cascos refrigerados. RTVE, más solidaria, ha pagado con creces el salario anual de todos los directivos de la FIFA: 35 millones de dólares.
Como todo en el sanchismo, el criterio es variable. RTVE renunció a la Supercopa de Arabia por razones humanitarias, pero ve papel mojado los informes sobre violaciones de derechos en Catar en vísperas del mundial. “Las restricciones a la libertad de expresión aumentaron. Las mujeres y las personas LGBTI continuaron sufriendo discriminación en la ley y en la práctica”. Fútbol first, derechos después.