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Sánchez hunde el empleo "senior" diez puntos por debajo de la media europea

Los mayores de 55 años suponen la mitad de los nuevos parados justo a las puertas de una jubilación que cada vez se retrasa más.

José Luis Escrivá

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Crear puestos de trabajo para las personas de 55 años en adelante y retener el talento senior en el mercado laboral es el gran reto de España y una cuenta pendiente con los profesionales de más edad. La evolución en este ámbito está entre las más lentas de Europa a pesar de que el colectivo entre 55 y 70 años lo conforman ocho millones de personas, de los que casi la mitad son población activa.

El II Mapa de talento sénior. España en el contexto europeo del Centro de Investigación Ageingnomics de la Fundación MAPFRE ha analizado la actividad y el empleo entre los trabajadores de 55 años en adelante en Alemania, Francia, Italia, Polonia, Suecia, Portugal y España. Así, la tasa de empleo sénior de España es del 41%, diez puntos por debajo de la media europea (60%), siendo especialmente baja en el grupo de 55 a 59 años (64%). Salvo Suecia (14%) y Portugal (29%), España registra los índices más bajos de crecimiento de la población empleada mayor de 55 años (56%).


La mitad de los nuevos parados en España son sénior, uno de cada tres desempleados es mayor de 50 años y uno de cada dos son de larga duración. Es en el desempleo donde se dan las mayores distancias entre países. Mientras en Polonia y Alemania se ha producido una caída del número de parados desde 2008, Francia, España e Italia se han anotado los mayores aumentos de paro en estos 14 años, especialmente los dos últimos.

La duración del desempleo da la puntilla. En Suecia, Polonia y Alemania, el tiempo medio que pasan los trabajadores de entre 55 y 64 años oscila entre los 3 y los 11 meses, mientras que en Francia el intervalo asciende a entre 24 a 47 meses y en Italia, Portugal y España se dispara a 48 meses o más.

Búsqueda de soluciones desesperadas de Escrivá

Impulsar la jubilación parcial y activa con nuevos incentivos, esa es el intento de solución del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones José Luis Escrivá para paliar la falta de empleo en el mercado laboral senior.

Con la jubilación parcial, el ministro busca que los trabajadores a partir de los 60 años compatibilizar su trabajo con el cobro de una pensión, así como mejorar la jubilación activa, gracias a la cual los autónomos pueden combinar su actividad con la pensión.

"En España el número de horas trabajadas es la misma se tengan 55, 65 o más años", ya que "las personas que se jubilan trabajan hasta el último día a jornada completa y después saltan a no trabajar nada", declaraba esta semana el ministro.

Nuevo impuesto para mantener las pensiones

España estrenará el próximo 1 de enero un nuevo mecanismo de ajuste de las pensiones, el impuesto denominado 'Mecanismo de Equidad Intergeneracional'(MEI), aprobado en la primera fase de la reforma de la Seguridad Social.

Sin embargo, este modelo de ajuste adoptado por España difiere notablemente de los tipos que ya aplican aproximadamente la mitad de los países europeos y que vinculan la evolución del gasto en pensiones a una o varias variables de entre estas tres: ligan la cuantía inicial de las prestaciones de jubilación a la esperanza de vida; fijan la edad de jubilación en función también de la esperanza de vida o revalorizan las pensiones según la demografía o la marcha de la economía.


El mecanismo se ha concebido simplemente como una nueva cuota a pagar por parte de los trabajadores, de todos sin excepción e independientemente del nivel salarial. Concretamente se aplica en forma de nueva cotización y será el 0,6% del sueldo.

Un cargo que aparecerá en la nómina de los asalariados, y también se cobrará a los autónomos. Está concebido para amasar una cantidad de dinero lo suficientemente elevada como para poder ayudar a la Seguridad Social a cubrir todo el gasto en pensiones cuando se comiencen a jubilar los baby boomer, el gran problema al que se enfrentará España en los años venideros.

Tal y como está concebida, de facto, supone elprimer 'impuesto' directo que se aplica en el España para pagar pensiones. Es finalista, es decir, el Ejecutivo no podrá usar este dinero para otro fin que no sea cubrir pago de pensiones. Y se ingresará en el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, la conocida como 'hucha' de las pensiones.