Sánchez: 0 euros a atención primaria de sus 1.000 millones para reflotar Sanidad
El fondo permitiría fichar más de 26.000 médicos o mejorar sueldos, pero se priorizan gimnasios en parques o campañas contra el tabaco
En 2021 Pedro Sánchez crea un plan para reflotar la sanidad pública tras derrotarla el covid (colapso, falta de material, alud de muertes en pacientes y sanitarios…). Repartirá 1.069 millones hasta 2023. Uno de sus objetivos es reforzar la atención primaria. ¿Cuánto le dota? Cero euros.
Aplaza su inversión a una futura reforma. Un año antes, “una gran mayoría de diputados, incluido el primer partido de la oposición (PP), incidió en la necesidad de reforzar la Atención Primaria”. 1.000 millones permiten fichar un año 26.000 médicos. O recortar la temporalidad que denuncia. Ni un euro va a tales fines.
El Gobierno retrata, sin color político, las deficiencias nacionales en atención primaria. “Entre los problemas detectados en diferentes estudios de diagnóstico y análisis regionales, se encuentra la desinversión y pérdida de recursos en los últimos años, la falta de adaptación a las nuevas realidades y problemas de salud emergentes (cronicidad, dependencia, comorbilidad, etc.), la necesidad de ofrecer servicios más integrales y personalizados con recursos humanos, materiales, tecnológicos y organizativos adecuados.
Cuando se escatima todo a la primaria, choca que se prioricen campañas contra el tabaquismo (tres millones), alcoholismo (dos millones), promoción de hábitos saludables (19,2 millones). Sánchez ve más urgente un gimnasio en un parque que un consultorio.
La coordinación entre la atención primaria y la hospitalaria es una de las asignaturas pendientes a afrontar con esta reforma, puesto que tan sólo el 44% de los ciudadanos perciben dicha coordinación como buena o muy buena”.
“La atención primaria se ha visto sometida con la crisis sanitaria a un elevado nivel de presión asistencial que, aunque ha podido ser gestionado gracias sobre todo al esfuerzo de sus profesionales, ha demostrado las carencias del sistema y la necesidad de acometer una renovación en profundidad del mismo”, remacha el Ejecutivo.
Admite que urge financiarla. “Fortalecer la atención primaria permitirá también mejorar la sostenibilidad del sistema sanitario. Aumentar la capacidad de resolución en la asistencia primaria permitirá reducir la carga asistencial en los hospitales y mejorar la eficiencia en la asignación del gasto. España tiene una proporción de ingresos hospitalarios evitables superior a la media de la UE”.
Imagen del plan de 1.000 millones donde cifra lo destinado a atención primaria y precariedad médica: cero euros.
Y como lo mejor para quitar presión en hospitales es invertir en atención primaria..., Sánchez le inyecta cero euros. Aplaza su ayuda a una reforma pactada con las comunidades. Solo le brinda piropos.
“La Atención Primaria es el eje vertebrador del sistema sanitario español. Se presta a través de 13.000 centros de salud que atienden 364 millones de visitas y 29 millones de urgencias. Suponiendo tan sólo el 15% del gasto sanitario, permite resolver el 85% de las incidencias. Está demostrada la asociación entre la fortaleza de la Atención Primaria y la mejora de los resultados del sistema en materia de equidad, salud y control de costes”. Si es tan crucial, ¿cabe destinarle una migaja de los 1.000 millones mientras llega la reforma? No.
Por el contrario, se refuerzan los hospitales con equipos de alta tecnología por valor de 796 millones. Ahí quema Sánchez el 74,4% de sus 1.000 millones para fortalecer la sanidad. “La renovación de equipamiento de alta tecnología en hospitales contribuyen a mejorar los diagnósticos en atención primaria”. Léase al revés: atención primaria seguirá colapsando hospitales por carecer de material para un diagnóstico fiable. El sistema no cayó en 2020 por la vetustez de los tacs en hospitales, sino por la precariedad del primer eslabón sanitario.
La izquierda solo ve problemas en la atención primaria en la Comunidad de Madrid mientras Sánchez excluye financiarlas a todas en su plan de 1.000 millones.
Cuando se escatima todo a la primaria, choca que se prioricen campañas contra el tabaquismo (tres millones), alcoholismo (dos millones), promoción de hábitos saludables (19,2 millones). Sánchez ve más urgente un gimnasio en un parque que un consultorio. Y prioriza 5,4 millones para reducir antibióticos, aunque el colapso sanitario mate más. En suma, otros 58 millones para loables retos preventivos que excluyen la atención primaria.
En 2021 Sánchez crea un plan para reflotar la sanidad pública tras derrotarla el covid (colapso, falta de material, alud de muertes en pacientes y sanitarios…). Repartirá 1.069 millones hasta 2023. Uno de sus objetivos es reforzar la atención primaria. ¿Cuánto le dota? Cero euros.
Tampoco urgen los 80,9 millones que se reserva Sánchez para sus organismos: Centro Estatal de Salud Pública, Red de Vigilancia de Salud Pública, Centro Nacional de Dosimetría, Centro Nacional de Alimentación, Agencia del Medicamento.
Ninguno de tales centros colapsó consultorios, hospitales, ucis y tanatorios en la primera ola del covid. Por el contrario, destina sólo 13 millones a la formación de profesionales
En suma, atención primaria cero, resto… mil millones. Son las prioridades de PSOE y Podemos. "Estamos al lado de los profesionales sanitarios a los que aplaudíamos en la pandemia y que hoy están defendiendo la sanidad pública contra los recortes del PP", Félix Bolaños dixit.