La codiciada herencia de Albert Rivera que se disputan Ferraz y Génova el 28-M
El duelo final entre Edmundo Bal e Inés Arrimadas acelera la estrategia de PP y PSOE para pescar en el caladero de Cs. En juego hay casi 1,9 millones de votos que fueron "naranjas" en 2019.
Lo más parecido a una OPA amistosa que va a encontrar la cúpula de Ciudadanos en las próximas semanas llegó este mismo miércoles por boca de Alberto Núñez Feijóo. Fue cuando el líder del PP, veterano de mil batallas, aconsejó a Inés Arrimadas y Edmundo Bal "despedir" a la formación naranja de la manera "más digna posible".
"Creo que en ese partido todavía hay personas que tienen talento, personas que ya no están en Ciudadanos que tenían talento y creo honradamente que son aprovechables para la política", es el mensaje cuidadosamente preparado en los últimos días por los expertos de Génova 13.
Los antiguos votantes de Albert Rivera ahora en estampida pueden decantar el 28-M. En términos de cargos públicos, Sánchez logró 22.329 concejales, Pablo Casado 20.325 y Rivera 2.788. Ese es el botín de un Cs en caída libre que se pelean los estrategas de Ferraz y Génova 13.
Porque la cuestión del funeral político del partido al que Albert Rivera llevó a lo más alto no es baladí. La herencia, para quien la logre, es más que jugosa a meses de las elecciones municipales y autonómicas. En concreto, 1.987.454 pequeñas herencias en forma de papeleta en la urna. Los votos que obtuvo Cs el 26 de mayo de 2019.
PP y PSOE se han lanzado a la caza de cada uno de esos votantes convencidos de que la amalgama ideológica y el aluvión de apoyos que Albert Rivera logró aquel 26-M reunió en el caladero naranja a antiguos y desencantados votantes socialistas y populares.
Algo que muchos escenifican ahora con la guerra entre Edmundo Bal e Inés Arrimadas y las dos almas, la socialdemócrata y la liberal, cuya lucha ha provocado la agonía final.
Inés Arrimadas y Pablo Casado: cuando Cs se alió con el PP en las elecciones vascas.
Esos casi dos millones de votos que lograron los candidatos municipales y autonómicos pueden ser decisivos el próximo 28-M para decantar el duelo que se juega en realidad: el de Pedro Sánchez frente a Alberto Núñez Feijóo.
Los números, en este caso, dicen más que las palabras. Hace cuatro años, el PSOE ganó las municipales y autonómicas con 6.685.420 votos frente al PP, que obtuvo 5.148.809. El tercero en discordia fue Cs con los citados 1.987.454.
La herencia, para quien la logre, es más que jugosa a meses de las elecciones municipales y autonómicas. En concreto, 1.876.906 pequeñas herencias en forma de papeleta en la urna. Los votos que obtuvo Cs el 26 de mayo de 2019.
Es decir, esos antiguos votantes de Albert Rivera ahora en estampida pueden decantar el 28-M. En términos de cargos públicos, cabe recordar que Sánchez logró 22.329 concejales, Pablo Casado 20.325 y Rivera 2.788. Ese es el botín de un Ciudadanos en caída libre que se pelean los estrategas de Ferraz y Génova 13.
Las fuentes de ambos partidos consultadas por ESdiario coiciden en señalar que el caladero naranja puede nutrir la "cuenta de resultados" de los dos grandes partidos.
Porque si bien gran parte del electorado de Albert Rivera llegó en 2019 a Cs desencantado por los escándalos de corrupción del PP, otra buena remesa de votantes procedentes de profesionales liberales y autónomos se identifican más con los postulados del centroizquierda y recelan de los posibles pactos de los populares con Vox.