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Feijóo va a por el centro: Sémper y De la Serna, de las palabras a los hechos

El movimiento se demuestra andando. El líder del PP recupera a dos 'moderados' como piezas clave de la campaña electoral de mayo. Quiere un partido sin etiquetas para atraer nuevos votantes

Feijóo y Sémper este lunes en la sede del PP

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Las incorporaciones al nuevo PP del expresidente del partido en Guipúzcoa, Borja Sémper, como portavoz de la campaña del 28M, y del exalcalde de Santander y ex ministro de Transporte, Íñigo de la Serna, como responsable del programa electoral, confirman que Alberto Núñez Feijóo quiere que la ampliación hacia el centro-derecha y la moderación sea algo que va más allá de la simple retórica.

Algo que se ve confirmado con la designación de Elías Bendodo como coordinador de la campaña, el estratega que llevó a Juanma Moreno a presidir la Junta de Andalucía con una asombrosa mayoría absoluta fundamentada también en una idea, la misma que tiene ahora Feijóo: convertir al PP en algo que puedan votar muchos, todos aquellos que van desde la derecha moderada hasta el centro-izquierda.

Sabe Feijóo que esa es la única manera que tiene de intentar no ya solo llegar a la Moncloa, sino de no depender en exceso de Vox. Es muy probable que necesite a la formación de Santiago Abascal para la investidura, pero quiere al menos un Gobierno en solitario. Para eso necesita un resultado próximo a la mayoría absoluta que impida a Vox poder reclamar su entrada en el Ejecutivo. En otras palabras, Feijóo pretende emular el modelo Ayuso y no el modelo Mañueco.

Así que para lograrlo ha comenzado a pasar de las palabras a los hechos. Porque en política, y eso lo sabe perfectamente Feijóo, el movimiento se demuestra andando. Lo verdaderamente importante no es lo que pregone un partido o un Gobierno sino lo que el público perciba. Imponer una versión de los hechos, una imagen o una sensación es mucho más trascendental incluso que la propia realidad de las cosas.

Por eso, Feijóo ha comenzado a dar pasos que demuestren que lo suyo no es mera retórica. No siempre ha sido así o no siempre se ha percibido así. De hecho, si tiramos de hemeroteca, descubrimos que Pablo Casado verbalizó siempre esa misma idea.

“El PP es la casa común del centro derecha y sus puertas están abiertas a todos los que les importa España y la libertad”, dijo el exlíder del PP en una de las múltiples ocasiones en las que se manifestó en este sentido y de forma parecida. Lo que ocurre es que la idea no caló. A Casado se le percibió como un retorno a un PP más duro que competía con Vox por un nicho de votantes a la derecha. Al palentino le sobraron palabras y le faltaron hechos.

Casado también habló siempre del PP como la casa común del centro derecha, pero le sobraron palabras y le faltaron hechos

Feijóo no quiere que le pase lo mismo. De partida juega con la ventaja de haber gobernado de forma muy moderada, muy centrada, en Galicia. Allí ya consiguió contener el avance del nacionalismo con una política, no siempre bien entendida fuera, de abrir el abanico para tratar de alcanzar a un sector lo más amplio posible. En ese sentido, los hechos le avalan.

Ahora, aterrizado ya en Madrid, quiere demostrar con Bendodo, De la Serna y Sémper que va muy en serio su apuesta por convertir al PP en un espacio donde muchos puedan sentirse cómodos. ¿Puede perder terreno por la derecha? Sí, es posible, pero será asumible en función de cuánto logre ampliar hacia el centro y el centro-izquierda. Las elecciones, que duda cabe, se ganan ahí. Y con un PSOE radicalizado, Sánchez es así, la estrategia puede funcionar.

Por eso le oímos decir a Feijóo, y ahora a su nuevo portavoz Sémper, que el proyecto del PP no tiene “etiquetas”, que busca aunar a todos los que crean que hay que defender la democracia y que otra España menos radical, menos en manos de sus enemigos, es posible.

Veremos nuevas incorporaciones. Muchas desde Ciudadanos. Feijóo no disimula su interés por ‘captar’ a antiguos dirigentes de la formación naranja que refuercen su idea de situar al PP en la centralidad política.

Para lograr ese objetivo, los fichajes de Feijóo para la campaña de las elecciones municipales y autonómicas de mayo son solo un primer paso. Sin ir más lejos, de forma simultánea al anuncio de Sémper, se ha conocido que Daniel Sirera será el cabeza de lista en Barcelona. Otro movimiento en esa misma dirección. Es más, es probable que en la Ciudad Condal veamos a Sirera prescindir de las siglas del PP en beneficio de una alianza con otros partidos o personas concretas que pueda plantar cara con más garantías a la izquierda y al separatismo.

Desembarco desde Ciudadanos

Y veremos nuevas incorporaciones. Muchas desde Ciudadanos. Feijóo no disimula su interés por ‘captar’ a antiguos dirigentes de la formación naranja que refuercen su idea de situar al PP en la centralidad política. “Las puertas están abiertas a los dirigentes de Cs y a sus votantes”, señalaba sin tapujos el nuevo portavoz de campaña, Borja Sémper. Se habla de Luis Garicano, de Begoña Villacís, pero los cantos de sirena van dirigidos a más, a casi todos los que quieran escucharlos.

La estrategia de Feijóo busca votos, es evidente, pero también pretende ser el antídoto a los ataques del PSOE, que ve con inquietud como el gallego está ganando el centro del tablero. De ahí que los socialistas ataquen en tromba al presidente del PP, dibujándole siempre como el político que sucumbe a lo que le exige la derecha más conservadora.

El tiempo dirá si la estrategia del nuevo PP ha logrado el objetivo pretendido. El primer examen de verdad es el 28 de mayo. Una cita con las urnas donde se va a elegir mucho más que a unos alcaldes y a unos presidentes regionales.

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