Sánchez coloca la "sala de máquinas" del 28-M en Ferraz para que no le salpique
La designación de Santos Cerdán como responsable de la campaña es un gesto de cara a la galería. Porque los barones han exigido manos libres sin la tutela del PSOE federal ni de Moncloa.
Lejos quedan ya aquellos tiempos en los que en el sanchismo, en vísperas de cada campaña electoral, Moncloa aplicaba a Ferraz un 155 de la mano del entonces todopoderoso e incuestionable gurú del presidente, Iván Redondo.
Desde su purga en julio de hace dos años, han sido los hombres del Ala Oeste presidencial los que han dictado órdenes, enviado papeles e impuesto estrategias a la cúpula socialista entonces dirigida por la también defenestrada Adriana Lastra.
Pero las cosas han cambiado desde las derrotas encadenadas en Madrid, Castilla y León y la histórica debacle en Andalucía. Así que cara a las trascendentales urnas del 28-M, Sánchez ha decidido resituar la sala de máquinas de la campaña en la sede federal del PSOE y darle el timón al cuestionado número tres de Ferraz, Santos Cerdán.
Santos Cerdán, que tiene “escasas simpatías” en el PSOE territorial en ningún caso va a tener capacidad de decisión en las campañas de los Puig, Page, Vara y Lambán. Pero asumirá el papel de cortafuegos para Sánchez
Según fuentes socialistas consultadas por ESdiario, el encargo a Cerdán como coordinador de la campaña de las municipales y autonómicas tiene dos objetivos: blindar a Moncloa de una posible derrota y tener disponible un chivo expiatorio que libre al presidente de futuras responsabilidades.
Todo además en un evidente un gesto de cara a la galería, ya que todos en el PSOE saben que hace ya meses barones y alcaldes exigieron manos libres para su estrategia y absoluta independencia a la hora de elegir lemas y diseñar actos y mítines, como informó este domingo en este diario Esther Jaén.
Cerdán, que tiene “escasas simpatías” en el PSOE territorial, en ningún caso va a tener capacidad de decisión en las campañas de los Puig, Page, Vara y Lambán. Pero asumirá el papel de cortafuegos para Sánchez en otro ejercicio de ventajismo tan marca de la casa: si el PSOE salva los muebles será mérito de Moncloa, si hay terremoto en las urnas, Cerdán asumirá las consecuencias.