Comienza el "juicio de la vergüenza" contra el PSC por acosar a policías del 1-O
La Audiencia de Barcelona juzga al teniente alcalde de Pineda de Mar, a su exteniente alcalde, y al jefe de la Policía Local por el acoso a los antidisturbios que residían en un hotel.
La verdadera cara de los sucesos registrados durante el referendum ilegal del 1-0 siguen retratando a sus protagonistas. Y este martes, en un juzgado, va a dilucidarse una de sus facetas más vergonzosas: las actitudes xenófobas del independentismo -y de un sector del propio PSC- contra los policías y guardias civiles destinados aquellos días en Cataluña.
El fiscal del Servicio de Odio y Discriminación pide condenarlos a tres años de cárcel y recoge que la noche del 2 de octubre los tres acusados supuestamente entraron al hotel, pidieron ver al director y uno de ellos le dijo que "si no echaba a los policías le iba a cerrar el hotel al día siguiente durante cinco años".
El juicio al teniente de alcalde de Pineda de Mar (Barcelona) Jordi Masnou, a la exteniente de alcalde Carmen Aragonés y al jefe de la Policía Local, Carles Santacreu, por un presunto delito de coacciones contra un hotel del municipio en el que se hospedaron agentes de la Policía Nacional desde unos días antes del 1-O arranca en la Audiencia de Barcelona.
En el escrito de acusación, el fiscal del Servicio de Odio y Discriminación pide condenarlos a tres años de cárcel y recoge que la noche del 2 de octubre los tres acusados supuestamente entraron al hotel, pidieron ver al director y uno de ellos le dijo que "si no echaba a los policías le iba a cerrar el hotel al día siguiente durante cinco años".
Jordi Masnou, exteniente alcalde del PSC enjuiciado.
Una parte de los agentes de Policía Nacional desplazados a Cataluña con motivo del 1-O se hospedaron en ese hotel de Pineda de Mar desde finales de septiembre y con la previsión de estar allí al menos hasta el día 5 de octubre: se repartieron en dos hoteles de la misma cadena, con 268 y 228 policías alojados en cada uno.
El fiscal recoge que el hospedaje transcurrió con normalidad hasta la noche del día 2, sobre las 21 horas, cuando "de forma irregular, sin cita programada y por tanto fuera de la agenda oficial" los acusados se presentaron, junto a una protesta que reunió a unas 800 personas, en el hotel donde había 268 agentes.
Sobre el jefe de la Policía Local, el fiscal destaca que "si bien no vestía uniformado, se identificó expresamente como tal", y considera que tanto él como el resto de acusados se valieron de su cargo para conseguir echar a los policías del hotel.
El fiscal también señala que el teniente de alcalde Jordi Masnou "le dijo que él era el que mandaba allí, que si él decía blanco era blanco", y lo amenazó con el cierre del hotel. Después del incidente, el gerente de la cadena hotelera comunicó que debía expulsar a los agentes antes de las 16 horas del día siguiente.
Antes de marcharse, la exteniente de alcalde Carmen Aragonés, "como forma de disuadir y contentar a una multitud exacerbada" concentrada frente al hotel, hizo unas declaraciones en televisión asegurando que el consistorio había logrado un acuerdo con la dirección de los hoteles para que los policías no se hospedaran allí, y en la que negó que el Ayuntamiento los hubiera amenazado para que les expulsaran.