Fuego amigo: Sánchez torpedea a un Ximo Puig acosado por la corrupción

El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, atraviesa sus horas más bajas desde que llegó al poder. El último misil que ha impactado contra él es fuego amigo. Llega desde la Moncloa a cuatro meses de las elecciones y ha creado enorme desconcierto en las filas socialistas.

El último Consejo de Ministros aprobó el nuevo plan hidrológico del Tajo que limita de manera importante el agua que llegará a Levante, una merma de un 40% aproximadamente. Sánchez ha dado un balón de oxígeno a Page en Castilla-La Mancha y un mazazo tremendo a Puig, que sale derrotado y queda muy tocado en este nuevo episodio de la 'guerra del agua’.

Puig tiene alrededor varios casos de corrupción que acechan al partido y a su entorno personal. De momento su hermano Francis está imputado desde mayo pasado por un presunto fraude en la concesión de subvenciones públicas para el fomento del valenciano

La reacción de Puig ha sido totalmente tibia, por no decir fría. La realidad es que no ha reaccionado más allá de alguna queja para intentar salvar los muebles ante sus votantes y una apuesta por la desalinización que es poco menos que una quimera y un intento de ganar tiempo mientras piensa qué hacer.

Según explican los que saben de esto, ni poniendo al 100% las desalinizadoras de la región -algo casi imposible en la práctica- se produciría el agua suficiente para compensar la pérdida.

Puig, de derrota en derrota

No es la primera derrota de Ximo Puig en los últimos tiempos ni el primer problema que le surge. Puig apostó fuerte y públicamente por las candidaturas fallidas de Alicante y Elche para acoger las sedes de la Inteligencia Artificial (IA) y de la Agencia Espacial Española. Finalmente una se fue a La Coruña y otra a Sevilla. Un traspiés importante.

Además, en estos años al frente del Gobierno no ha conseguido otra de sus principales apuestas, una mejora en el sistema de financiación autonómica. Lleva desde su llegada a la Generalitat pidiendo un nuevo sistema y lamentando que la Comunidad Valenciana sea la más infrafinanciada de todas. Sánchez ha evitado el tema, no ha movido ni un dedo. Otra derrota para Puig.

Por si fuera poco, Puig tiene alrededor varios casos de corrupción que acechan al partido y a su entorno personal. De momento su hermano Francis está imputado desde mayo pasado por un presunto fraude en la concesión de subvenciones públicas para el fomento del valenciano, entre otro tipo de ayudas de la Administración. Es un tema que inexplicablemente no ha saltado a los grandes titulares de los medios de comunicación nacionales, a diferencia del tratamiento que se dio a unas sospechas sobre el hermano de Ayuso que han acabado en nada.

El caso Azud amenaza a Puig

Además, en las últimas semanas el caso Azud ha dejado noticias muy preocupantes para Puig y su partido. A finales de diciembre, el exgerente del PSPV-PSOE, Francisco Martínez, reconoció ante la jueza la financiación ilegal de campañas electorales del año 2007. En concreto afirmó que “se produjeron algunas contrataciones” por parte de su formación política “que no fueron abonadas por el partido sino por una empresa que se llamaba Gigante”, en alusión a una constructora del mismo nombre.

Por si fuera poco, en las últimas fechas el diario El Mundo publicó informaciones muy comprometedoras que por primera vez señalan a Puig directamente en el epicentro de la corrupción.

La Guardia Civil encontró anotaciones en las agendas del extesorero del PSPV-PSOE, una de las figuras clave de la trama Azud, en las que se podían leer apuntes a mano tales como "X. Puig. Dinar" (en valenciano, comida) o directamente "Ximo" o "X. Puig” o “Dona Ximo” (Mujer Ximo). De nuevo, de forma incomprensible si lo comparamos con otros casos de corrupción, este ha pasado bastante inadvertido.

No obstante todo eso hace mella, “menos de lo que esperábamos y de lo que debería”, reconocen fuentes del PP en esa Comunidad. Aún así van socavando a Puig. De hecho, las encuestas que manejan los ‘populares’, elaboradas antes del bofetón del trasvase, arrojan un empate entre los dos bloques, con un PP en tendencia creciente “pero lenta” y con un PSOE de Puig a la baja.

“Todo se va a decidir en estos cuatro meses hasta las elecciones”, afirman esas mismas fuentes ‘populares’. Y lo que pase con los escándalos de corrupción de Puig y ahora también con la ‘guerra del agua’ puede ser decisivo.

Por eso nadie en el PP se explica la decisión del Gobierno de Sánchez con el trasvase a 4 meses de las elecciones y por eso en el PSOE valenciano están desconcertados y muy preocupados. Más aún cuando ambas formaciones saben del peso que tiene esa comunidad tanto simbólico como material para el que quiera alcanzar la Moncloa en diciembre.