Las condolencias de Sánchez por el sacristán asesinado levantan ampollas
El presidente del Gobierno ha usado el término de "fallecido" en lugar de "asesinado" al trasladar su pésame por el ataque de un yihaidista en Algeciras y recibe un duro reproche público.
Las palabras dedicadas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la familia del sacristán asesinado en Algeciras a manos de un joven marroquí han desatado una lluvia de críticas en la red social de Twitter. El líder del Ejecutivo publicó sus condolencias sobre las once de la noche del miércoles, el mismo día en el que se cometió el ataque mortal, ya que en ese momento se conocía que había sido un individio el que había entrado en dos iglesias armado y había matado a machetazos a un sacristán y herido a un sacerdote de gravedad en la localidad gaditana.
Y aunque cualquier persona puede caer en el error a la hora de publicar en esta red social, en este caso, tratándose del presidente de un país, no parece que sus palabras se lancen al azar o sus formas no hayan sido medidas, todo lo contrario. En ellas se puede determinar la categoría que una persona le otorga a unos determinados hechos. En este caso Sánchez utiliza la palabra de "fallecido" en lugar de "asesinado" en el siguiente texto: "Quiero trasladar mis más sinceras condolencias a los familiares del sacristán fallecido en el terrible ataque de Algeciras. Deseo una pronta recuperación a los heridos. Todo nuestro apoyo al trabajo que están llevando a cabo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado".
La reacción de los usuarios de la red a esta publicación ha sido demoledora para el presidente, que ha recibido una lluvia de críticas por el término de "fallecido" empleado en lugar de "asesinado" y muchos de ellos han 'tirado de hemeroteca' comparando este caso con otros crimenes en los que Sánchez muestra mayor sensibilidad y no duda en emplear la palabra correcta.
También han sido reiteradas las acusaciones al líder socialista por intentar 'tapar' que el causante de estas muertes es una persona que se encontraba ilegalmente en el país, con una orden de expulsión que no llegó a efectuarse, así como el odio mostrado hacia la religión católica al poner como objetivo a los titulares de la siglesias. Aunque cabe decir, que aún no se había catalogado a Yasine Kanja, el detenido, como yihaidista ni los fines terroristas de su ataque.