Irene Montero hizo oídos sordos: sabía que su ley rebajaría las condenas
La exvicepresidenta Carmen Calvo ha asegurado que desde el primer momento le avisaron de estas "lagunas" en su norma pero la ministra de Igualdad siguió convencida de que era lo correcto.
La exvicepresidenta Carmen Calvo y la ministra de Igualdad Irene Montero.
Finalmente el Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido algo que llega demasiado tarde: modificar la conocida ley del 'solo sí es sí' y que tantos quebraderos de cabeza está trayendo al presidente y a la parte socialista del Ejecutivo. Lo han decidido anunciar de manera unilateral ante el enroque de sus socios de Podemos, defensores a ultranza de la norma y que no han aceptado la revisión de la misma hasta el último momento.
Irene Montero acepta ahora "algún retoque" en las penas mínimas para evitar las rebajas de condenas, siempre que se mantenga el consentimiento en el centro de la norma. Todo ello a pesar de que la ministra de Igualdad sabía desde el primer momento, desde los primeros borradores de su ley estrella, que si no se cambiaban ciertos puntos algunos agresores sexuales y condenados por delitos sexuales se iban a ver beneficiados por su aplicación.
Así lo ha expresado Carmen Calvo en la Cadena SER, donde ha explicado que tanto ella como el por entonces titular de Justicia, Juan Carlos Campo, expresaron "objeciones clarísimas" a esta norma y les pidieron un proceso más calmado. Montero hizo oídos sordos, siguió para adelante, mientras que Pedro Sánchez no era informado debidamente y además siempre mostraba su confianza absoluta en la ministra. Una confianza que ha acabado creando otro problema interno más y sobre todo con más de 300 agresores sexuales beneficiados y con sus penas de cárcel reducidas.
Muchos han sido los dirigentes populares que se han hecho eco de estas palabras de la exvicepresidenta Carmen Calvo con Aimar Bretos y Pablo Iglesias en la SER. Uno de ellos ha sido el diputado navarro y recientemente añadido a las filas del PP de esta región Sergio Sayas.
Igualdad, que ya acepta esos "pequeños retoques", prefiere centrarse más en la protección de la víctima que en la solución al problema, que aunque es compleja, sería lo adecuado. Y es que, si se modificara la norma no habría que llevar a cabo las diez medidas que han propuesto y que se centran en proteger a la víctima del posible agresor, que casualmente está en la calle antes de tiempo debido a esta ley que se niegan a cambiar.