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Marlaska negaba la autoría terrorista en Algeciras mientras buscaba explosivos

El ministro, para no enturbiar la fallida cita con Mohamed VI, retrasó admitir que la hipótesis policial y judicial era que un marroquí había atentado en España

Marlaska, durante su visita al lugar del asesinato del sacristán en Algeciras.

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El pasado 26 de enero, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, proclamaba que “había que esperar para determinar la naturaleza del ataque” de Algeciras. Ocultaba que la víspera, 25 de enero, la Comisaría General de Información ya había informado al juez que los hechos definían un atentado terrorista y que bajo tal sospecha ordenó buscar y requisar explosivos, propaganda islamista, material informático...del agresor.

Si la policía rastreaba material terrorista, ¿por qué Marlaska hacía dudar a la opinión pública? Otro elemento mina su credibilidad: el relato policial de los hechos, plagado de indicios yihadistas.

No investigaba un acto de locura. Ni Información actuaría sin sello terrorista. La resistencia del ministro a llamar terrorista al atacante marroquí ocurría en vísperas de la cumbre hispanomarroquí: ni Sánchez ni Marlaska querían llegar con un marroquí acusado de atentar en España a la corte de Mohamed VI. Pero el juez dinamitó sus malabarismos.

El ocultamiento del móvil terrorista lo aflora la frase de Marlaska a la Prensa: "En el día de hoy [26 de enero] ha tenido lugar una diligencia de entrada y registro en la vivienda ocupada por el supuesto autor, una diligencia importante, cuyo desarrollo podrá determinar la naturaleza de los hechos, su naturaleza terrorista o cualquier otra naturaleza que pueda derivar".

Pero ya estaba definida desde las víspera: terrorismo. El juez ordenó el 25 de enero registrar la casa de Yassine Kanjaa bajo tal sello: “delito de asesinato y lesiones con instrumento peligroso con fines terroristas del art. 573 del Código Penal, al poder estar relacionada la acción de Kanjaa al salafismo yihadista, siendo la intención de alterar la paz pública mediante la ejecución de actos de terror, la que habría podido motivar la actuación criminal, todo ello sin perjuicio de la ulterior calificación”.

Marlaska, junto al director general de la Policía, Francisco Pardo, en su visita a Algeciras tras el ataque yihadista.

El juez llegaba a tal convicción por Interior: “Por oficio de fecha 25/01/2022 de la Comisaría General de Información se ha puesto en conocimiento de este Juzgado Central de Instrucción que los hechos acaecidos podrían subsumirse en un delito de asesinato con fines de terrorismo del art. 573 del Código Penal.” ¿No le informó la policía al ministro o Marlaska dudó de la fiabilidad de sus subordinados?

Expertos antiterroristas y el juez sabían qué buscar:

-Material informático y cualquier tipo de soporte de carácter digital que pueda albergar datos, disquetes, CD´s, discos duros, discos extraíbles, tarjetas de memoria, así como terminales de telefonía móvil, tarjetas telefónicas y los mismos soportes de memoria para estos.

-Cualquier tipo de efecto, material y documentación de cualquier naturaleza y en cualquier tipo de soporte que guarde relación con los hechos y la actividad delincuencial investigada, especial cartas o documentos procedentes de grupos yihadistas similares a los investigados.

-Cualquier otro efecto que pueda guardar relación con el apoyo a una organización terrorista, con la comisión de un acto terrorista en cualquier fase de planificación o con la apología del terrorismo, con otros delitos conexos con la actividad terrorista o su financiación, así como aquellos derivados del tráfico de sustancias estupefacientes.

-Cualquier tipo de arma y/o sustancia susceptible de la fabricación de artefactos explosivos.

Si la policía rastreaba material terrorista, ¿por qué Marlaska hacía dudar a la opinión pública. Otro elemento mina su credibilidad: el relato policial de los hechos, plagado de indicios yihadistas.

Acertijo para ministros de Interior: Si un magrebí entra en una iglesia católica gritando que la única religión verdadera es la islámica, agrede con machete al sacerdote, se desplaza a otra iglesia, mata al sacristán entonando Allah, y grita Allahu akbar cuando es detenido…, ¿qué tipo de delincuente es?

Kanjaa a las 18.30 accede a la Iglesia de San Isidro de Algeciras. Inicia una discusión con los allí presentes, manifestando a los feligreses de forma vehemente que la única religión que hay que seguir es la religión islámica. Agrede al sacerdote con un machete de grandes dimensiones.

Yassine Kanjaa, el yihadista responsable de ataque terrorista en Algeciras.

Una vez huye del lugar de los hechos, se dirige a otro centro católico, Virgen La Palma. Se encuentra con el sacristán de esta iglesia, que estaba abandonando el lugar por una puerta trasera. Kanjaa inicia varias acometidas sobre él, causándole unas primeras lesiones, si bien, el ahora fallecido, intenta huir, dirigiéndose a la plaza Alta.

Una vez que se encuentra en esa plaza es alcanzado por el atacante, quien una vez que le tiene en el suelo, sujeta la catana con ambas manos y alzando la mirada al cielo y gritando palabras en árabe, entre las que se escucha Allah, le asesta una última estocada.

Finalizado ese hecho de forma muy tranquila se dirige a la Ermita Europa, ubicada en esa misma plaza, e intenta acceder al interior, si bien en ese instante y sin prestar resistencia es detenido. En reiteradas ocasiones profiere gritos de Allahu Akbar ”.

Acertijo para ministros de Interior: Si un magrebí entra en una iglesia católica gritando que la única religión verdadera es la islámica, agrede con machete al sacerdote, se desplaza a otra iglesia, mata al sacristán entonando Allah, y grita Allahu akbar cuando es detenido en una tercera capilla…, ¿qué tipo de delincuente es?

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