La "moción friki", con o sin Tamames, "refuerza" a Feijóo como única alternativa
A la espera de que Abascal deshoje la margarita, el coqueteo con el nombre del "hombre bueno" le ha puesto las cosas "fáciles" al PP. Que hasta da un demoledor consejo al veterano economista
Feijoó y Sánchez ante la hora de la verdad del 28-M
Al más puro estilo Feijóo. Así va a zanjar el líder del Partido Popular, la todavía ignota segunda moción de censura de Vox en esta legislatura y para la que, en principio, Santiago Abascal había pensado en el exdirigente del PCE y economista Ramón Tamames.
Sin embargo, conforme pasan las horas, crecen las dudas en el partido verde sobre la idoneidad del veteranísimo Tamames para encabezar la moción de censura y temen muy seriamente "que se pueda volver contra ellos" y transmitir una imagen de "frivolidad" que beneficie al inquilino del despacho principal de Génova 13.
Ni controlan al candidato, que "va por libre" y "su ego es mayor que su lucidez" reconocen en la formación de Abascal". También arrastra importantes problemas de audición propios de su edad.
En el PP son mucho menos benévolos y señalan abiertamente que a Vox se "les ha ido de las manos" y, más allá de insistir en que puede dar oxígeno momentáneo a Sánchez, no les genera la más mínima preocupación.
Cuando Abascal anunció el pasado mes de diciembre la moción, Feijóo se sacudió de inmediato cualquier tipo presión anunciando que se abstendría, evitando así el debate interno en que se empantanó el PP de Casado para al final votar en contra.
De hecho, en la cena y conversación posterior en la que Tamames comunicó a Feijóo que Vox le había propuesto ser el candidato, el líder del PP le advirtió: "si fueras mi padre, no te dejaría hacer esto", según fuentes del entorno del presidente popular.
Sea cual sea el candidato, un Alberto Núñez Feijóo "enchufado tras el éxito" de la Intermunicipal de Valencia, ha trazado una estrategia que se resume en que hará exactamente lo contrario de lo que hizo en su día el ex presidente del PP, Pablo Casado, en la primera moción de censura de Abascal.
Feijóo, este martes en los pasillos del Senado, rodeado de periodistas
Cuando Santiago Abascal anunció el pasado mes de diciembre la moción, Feijóo se sacudió de inmediato cualquier tipo presión anunciando que se abstendría, evitando así el debate interno en que se empantanó el PP de Casado para al final votar en contra.
Y, por supuesto, el PP no va a convertir la moción de censura en un ataque personal contra Santiago Abascal como hizo Pablo Casado para regocijo de Pedro Sánchez y toda la bancada socialista. Unas acusaciones demoledoras, que acabaron rompiendo la relación entre Casado y Abascal y ofendiendo a los votantes de Vox.
En el PP señalan abiertamente que a Vox se "les ha ido de las manos" la moción y, más allá de insistir en que puede dar oxígeno momentáneo a Sánchez, no les genera la más mínima preocupación.
Sin embargo, la "rocambolesca" moción de censura de Abascal si le va a servir al PP para reivindicar desde la tribuna del Congreso - sea la portavoz del PP Cuca Gamarra o el portavoz adjunto Carlos Rojas si no le quieren dar un perfil alto - que Feijóo representa la única opción seria y viable, el voto útil para que haya un cambio de Gobierno en España.
El PP, además continuará advirtiendo a Abascal que lo único que va a lograr es dar una imagen de unidad del Gobierno y sus socios en el momento de mayor debilidad de Pedro Sánchez.
De hecho, hasta el propio presidente del Gobierno ha ironizado desde la tribuna del Congreso con la moción de censura, comparando a Abascal con el maestro del suspense Alfred Hitchcock, y recordando a Ramón Tamames que Vox quiere ilegalizar al PCE, su antiguo partido.