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Belarra y Montero preparan una encerrona contra el PSOE agitando la calle el 8-M

El debate en el Congreso de la proposición socialista para modificar la ley del sólo sí es sí llegará en vísperas del Día de la Mujer. Que se prevé llegue con nueva bronca entre los socios.

Montero y Victoria Rosell, en la manifestación del 8-M del año pasado.

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El esperpento de la ley del sí es sí y la voladura de facto de la coalición entre PSOE y Podemos amenaza con convertirse en el eje principal de los próximos meses y sobre todo de la campaña electoral del 28-M.

Y la decisión del PSOE de retrasar el registro de su proposición de ley para reformar la más que polémica ley de Irene Montero va a provocar que su debate en el Congreso se vaya a celebrar a finales de febrero o en la primera semana de marzo. Es decir, en vísperas del Día de la Mujer Trabajadora, el 8 de marzo.

Si ya el año pasado se pudo comprobar la guerra abierta por la causa feminista entre socialistas y morados, Ione Belarra e Irene Montero pretenden aprovechar esta nueva edición del 8-M para arrinconar a su socio poniendo a la calle en su contra por su marcha atrás con la controvertida Ley de Libertad Sexual del Ministerio de Igualdad. Una auténtica encerrona contra Pedro Sánchez.

La ministra de Justicia, Pilar Llop, este miércoles durante la sesión de control al Gobierno.

La cúpula morada diseña los actos del Día de la Mujer -y su manifestación central en Madrid- como un gran acto de reivindicación del sólo sí es sí y de la propia Montero. Muy en línea con el acto convocado este pasado sábado en el Círculo de Bellas Artes con una clara estrategia de sostenella y no enmendalla.

Y, de paso, como la oportunidad ideal para arrebatar a Sánchez la bandera feminista y lo que se esconde detrás de ella: el decisivo voto femenino que ha nutrido mayoritariamente las urnas del PSOE desde la etapa en Moncloa de José Luis Rodríguez Zapatero.

Ya el pasado año, las ministras y dirigentes de Podemos y las del PSOE se manifestaron divididas y con lemas propios, en aquel caso por la polémica Ley Trans que abrió la primera brecha en la izquierda feminista vinculada con ambos partidos.

Podemos va a poner toda la carne en el asador este 8-M para redoblar su pulso contra su socio y los jueces. Sabedor, además, de que varios de los aliados Frankenstein están manifiestamente incómodos con este cisma público en el que ahora se juegan palabras mayores: las papeletas de las urnas del 28-M.