"Frankenstein" se tienta la ropa y navega entre las dos aguas de PSOE y Podemos

"Una semana de locos. Lo peor que nos podía pasar ahora era perder el control de la agenda política". A menos de dos meses de las elecciones municipales y autonómicas, este lamento de un dirigente territorial del PSOE a ESdiario resume a la perfección la sensación que recorre a gran parte del socialismo tras la bronca y amago de ruptura entre los dos socios del Gobierno tras el golpe sobre la mesa de Pedro Sánchez para tratar de contener la fuga de votos provocado por el escándalo de la ley del solo sí es sí de Irene Montero.

Y es que entre barones y alcaldes que se la juegan el 28-M reina el estupor mientras PSOE y Podemos se acuchillan en público para tratar, unos, de sacar tajada electoral agitando a sus adormecidas bases (los morados); y, otros, intentando tapar la vía de agua provocada por los más de 400 agresores sexuales beneficiados por el fiasco del Ministerio de Igualdad.

La línea telefónica "arde" entre Moncloa y los entornos de Junqueras y Otegi en busca de apoyo para parar los pies al órdago de la cúpula de Podemos.

Pero esta guerra fraticida en el Consejo de Ministros, donde todos callan mientras se despellejan después en los medios, tiene un tercer invitado de excepción: todos los miembros del conglomerado Frankenstein, los costaleros parlamentarios que han llevado a Sánchez a hombros durante toda la legislatura.

Sánchez, de espaldas, este miércoles en la sesión de control del Congreso de los Diputados.

Es decir, la joint venture que integran Esquerra, Bildu y PNV. Y sus satélites: Compromís, el Más País de Errejón, BNG, PRC o Teruel Existe. Los primeros necesitan imprescindiblemente otra legislatura de Sánchez en Moncloa para terminar de cobrar sus facturas al PSOE. Los segundos, lo necesitan simplemente para sobrevivir en el Congreso de los Diputados.

Aizpurúa (Bildu), Rufián (ERC) y Esteban (PNV): víctimas colaterales de la guerra PSOE-Podemos.

A partir de ahora y en plena precampaña del 28-M, la unidad de acción de Frankenstein salta por los aires y cada uno de sus integrantes reconoce que hará la guerra por su cuenta con los dos socios tratando de arrastrar a sus intereses a sus socios prioritarios: el PNV en el caso del PSOE; y ERC y BIldu respecto a Unidas Podemos.

Prueba de ello es lo que ha sucedido en el pleno de esta semana con estas formaciones votando en sentido contrario. ERC ha traicionado al PSOE uniendo sus votos al PP para reprobar a Marlaska, mientras PNV y Bildu se abstenían.

Sin embargo, en la ley de Bienestar Animal, Esquerra y Bildu han apoyado al PSOE mientras el PNV votaba en contra. Y es que, como reconoce un diputado del PNV a ESdiario, "huele a fin de ciclo".

Pero tanto Arnaldo Otegui como Oriol Junqueras -los que tienen la estabilidad de Sánchez en sus manos- son conscientes de que si la batalla pública entre PSOE y Podemos se prolonga, las puertas de La Moncloa se abrirán de par en par para Alberto Núñez Feijóo. Y entonces, a ellos, se les acabará el chollo.