Feijóo afina para que Sánchez no sortee el "sí es sí" con falsos brotes verdes
El líder del PP va a presentar la ley del "solo sí es sí" como la metáfora de un Sánchez que, en vez de gobernar, "tapa agujeros" y está tan maniatado que ni siquiera puede cesar a Montero
La pretensión de Pedro Sánchez de sacar cuanto antes de la agenda política la ley del solo sí es sí y pasar a defender su gestión económica y el despliegue del escudo social para sortear el desgaste electoral que ha encendido todas las alarmas en el Palacio de la Moncloa, va a tener que esperar.
La realidad es tozuda y mientras el IPC de enero subió al 5,9% y los alimentos escalaron al 15,4%, la tormenta política no amaina, sino todo lo contrario, con el bloque que han formado Irene Montero, Bildu y ERC para bloquear la reforma urgente del sí es sí como pretendía el PSOE.
La toma en consideración no se producirá hasta la víspera del 8M, al que la izquierda llega más dividida que nunca.
Al otro lado, Alberto Núñez Feijóo se va a encargar de que este debate llegue vivo hasta las elecciones, tanto a las municipales y autonómicas como a las generales de finales de año, como resumen de la forma de hacer y de entender la política de Pedro Sánchez: gobernar pensando sólo en sus intereses y no en el daño a las víctimas y reaccionando sólo por meros cálculos electorales.
Feijóo presentará a Sánchez como un presidente al albur de sus socios, que ahora se han unido en torno a Irene Montero y cuyo bloque de 53 diputados son su única esperanza de que las urnas no le desalojen de la Moncloa.
Además de recordar que las decisiones del Consejo de ministros son colegiadas -"esto no es una decisión unilateral de Irene Montero" apuntan los populares-, Feijóo denunciará que "Sánchez ni siquiera tiene la capacidad para cesar a la ministra de Asuntos Sociales, Irene Montero" en la inminente crisis de Gobierno que está ultimando.
Lo "único que le ha movido es el pánico electoral y no la situación de las víctimas", como prueba de que haya retrasado la modificación cuando, desde el pasado 20 de diciembre, tenía encima de la mesa una iniciativa del Partido Popular que habría adelantado la reforma.
Feijóo presentará a Sánchez como un presidente al albur de sus socios de Podemos, Bildu y ERC, que ahora se han unido en torno a Irene Montero y cuyo bloque de 53 diputados son su única esperanza de que las urnas no le desalojen de la Moncloa.
Un Pedro Sánchez que, en lugar de gobernar, se dedica a tapar agujeros para no soliviantar a sus socios, aunque sea al precio de dejar desprotegido al Estado ante un nuevo intento de quebrar el orden constitucional, como ha advertido el Tribunal Supremo tras la supresión del delito de sedición.
Para tratar de enmendar cuanto antes ambas situaciones, los efectos del sí es sí y el "ridículo jurídico del Gobierno que ha dejado la integridad de España desprotegida al eliminar el delito de sedición", Núñez Feijóo ha ofrecido sus votos a Sánchez, lo que a juicio de Génova "deja más en evidencia la extrema debilidad de este gobierno".
La realidad es tozuda y mientras el IPC de enero subió al 5,9% y los alimentos escalaron al 15,4%, la tormenta política no amaina, sino todo lo contrario
Conscientes de que Sánchez tratará de tapar todos estos desmanes trasladando la falsa apariencia de que la situación económica va bien, Feijóo reforzará su discurso económico -en el que colaboran expertos con perfiles muy potentes- y desmontara el discurso que los " brotes verdes" que tratará de desempolvar Sánchez para sortear la tormenta política.