Cualquier preso que se declare trans podrá ser internado en una cárcel femenina
La ley impulsada por Montero permitirá que delincuentes de cualquier tipo que decidan cambiar su nombre como justificación al cambio de indentidad sexual vayan a las cárceles femeninas
Irene Montero.
La polémica Ley Trans de la ministra deja una estela de efectos secundarios que el Gobierno no ha sido capaz de advertir. Entre otros muchos de los que estos días se da cuenta en las páginas de los diarios, recalamos en este: ¿qué ocurrirá con los presos que decidan sentirse "presas" dentro del calabozo? ¿Se les trasladará a cárceles de mujeres? ¿Convivirán agresores sexuales con las mujeres presas?
Este posible hecho no es una suposición, pues ya tenemos el ejemplo flagrante de lo ocurrido en Escocia y que parece que ha precipitado la dimisión de su primera ministra Nicola Sturgeon.
Cambio de nombre
En el caso de España y con la ley en la mano, tendrá que ser el reo quien decida si quiere ir a una cárcel de mujeres o de hombres, en función de su identidad sexual en ese momento", aseguran fuentes sindicales de prisiones.
La mencionada instrucción dejaba la decisión en manos de los "preceptivos informes de valoración médica y psicológica". Sin embargo, la nueva Ley Trans consolida su despatologización, eliminando la intervención de cualquier profesional sanitario y dejando claro que todas las personas que se cambien su nombre en el Registro tendrán derecho a ser tratadas conforme a su nueva identidad.
Respuesta del Gobierno
Así pues, a la espera de que el Gobierno se pronuncie al respecto y aclare si tiene previsto incluir alguna excepción en el desarrollo de la ley, todo parece indicar que cualquier hombre que se declare trans podrá ser internado en una cárcel de mujeres.