ESdiario

Sánchez paga 4,2 millones a un socio de mercenarios con fondos de paz de la UE

James Fenech, que copa contratos del Gobierno de proyectos en Sahel investigados en Mediador, violó el embargo a Libia y fundó una empresa de armamento con el creador de Blackwater.

Material vendido por Fenech, contratado por Sánchez para misiones de paz.

Publicado por

Creado:

Actualizado:

La juez de Mediador investiga contratos de paz del Gobierno para el Sahel con fondos de la UE. Tienen un ganador recurrente por ser la mejor o única oferta: James Fenech, vendedor maltés de armas denunciado por la ONU por violar el embargo bélico a Libia y hasta 2020 (al menos) socio de Erik Prince, fundador del ejército mercenario Blackwater. Su factura sanchista (4,2 millones) multiplica la de los contratos de drones bajo sospecha (232.000 euros).

Mientras salva mercenarios y negocios conexos -en 2020 seguía vinculado a Prince-, Fenech factura a placer al Gobierno de Sánchez. Suele ganar sin rivales (o son descabalgados). Sánchez debe explicar si, con 4,2 millones recibidos, Fenech tiene un tito o es el mejor.

Sus nexos y antecedentes, objeto de múltiples noticias, no han inquietado al Gobierno. Ni que rompiera el embargo a Libia, ni que fuera socio del fundador de una tropa mercenaria que masacró civiles en Irak. Ni que cabalgase entre paraísos (Panamá) y semiparaísos fiscales (Malta) mientras le llovían contratos de Sánchez, que hoy afea la huida a Holanda de Ferrovial.

Erik Prince, fundador de Blacwater Ammunition con James Fenech.

Fenech fue juzgado en 2020 por vender material bélico a Libia, violando el embargo decretado por ONU y UE. Suministró botes inflables de casco rígido (RHIB) para la evacuación de mercenarios en 2019. Salió indemne del juicio celebrado en Malta, cuyo gobierno le inyectaba más de un millón en contratos, pese a las objeciones de fiscalía y policía de que eran elementos prohibidos.

Una de las lanchas alquiladas por Fenech a mercenarios que la ONU denunció.

La juez dio por bueno que no figuraban en un inventario de material vetado y, por tanto, Fenech no podía saber que violaba el bloqueo. Compró la tesis del acusado.

Fenech, cuya versión ha solicitado este diario sin éxito, alegó ignorar que sus lanchas estuvieran prohibidas y que fueran mercenarios sus 20 rescatados. Aseguró que creía que eran trabajadores de una refinería.

Fusil de asalto que vende Fenech mientras copa misiones de paz de Sánchez.

Pero todos fueron identificados como mercenarios. Los investigadores descubrieron que arrendó los dos RHIB por 2.500 € al día cada uno del 20 de junio al 17 de septiembre de 2019 (amplio periodo para un rescate).

En suma, un total de 240.000 € por RHIB. El bueno de Fenech creía que una petrolera pagaba medio millón por rescatar obreros. La ONU no le creyó: “Organizó la transferencia de equipo militar y proporcionó asistencia relacionada con actividades militares a un grupo armado en Libia”.

Y afloró sus conexiones: Los dos RHIB fueron arrendados por Sovereign Charterers, de Fenech, a Opus Capital Asset FZE, cuya gerente, Amanda Perry, es secretaria de Lancaster 6 Limited, gerente de Lancaster 6 DMCC y CEO de L -6 FZE. Lancaster 6 es propiedad del exmilitar Christiaan Durrant, ex socio del fundador de Blackwater, Erik Prince.

James Fenech, izquierda, en un acto de una de sus empresas de armamento.

Según la ONU, Prince fue accionista de las tres Lancaster. Una pagó el alquiler de las lanchas. Para camuflar, una contrataba las lanchas (Opus), y otra lo pagaba (Lancaster). El resto es público: Prince es hermano de la Secretaria de Educación de Estados Unidos bajo la Administración Trump, Betsy de Vos. Y Trump perdonó las masacres de civiles ejecutadas en Irak por Blackwater.

Patxi López cree que Mediador está agotado. Aquí queda un fleco. Sabemos qué factura Fenech a Sánchez para policías del Sahel, pero no a quién vende sus fusiles de asalto, pistolas, silenciadores y balas. Urge averiguarlo. No sea que tenga clientes enfrentados … a tiros.

La ONU declara a Fenech, Perry, y Durraant integrantes de una red logística del general libio Khalifa Haftar liderada por Prince, que igual daba una conferencia en El Cairo sobre su plan armado para “recuperar Libia” que le brindaba su jet.

La firma que contrató a Fenech comparte nombre con su plan mercenario: Opus. Una conspiración para tomar Trípoli con tropas y armamento de esta trama. Por si quedaban dudas sobre sus negocios y amigos peligrosos, en 2018 Fenech funda una filial de Blackwater con su fundador, Prince, para vender munición.

Material vendido por Fenech, contratado por Sánchez para misiones de paz.

Lo publicita: “El mundialmente famoso fundador y propietario de Blackwater, Erik Prince, el diseñador de armas y municiones Nicola Bandini y el importador y distribuidor de armas y municiones James Fenech seleccionaron la exhibición internacional de armas de fuego, municiones y caza IWA 2018 en Nüremberg para anunciar el nacimiento de Blackwater Ammunition”.

La explicación pendiente de Sánchez

Fenech se retrata: importador y distribuidor de armas. Y vende su ubicación: “Malta (UE) no lejos de las costas de Italia y Libia”. Libia, escenario de las actividades mercenarias vinculadas a esta trama.

Mientras salva mercenarios y negocios conexos -en 2020 seguía vinculado a Prince-, Fenech factura a placer al Gobierno de Sánchez. Suele ganar sin rivales (o son descabalgados). Sánchez debe explicar si, con 4,2 millones recibidos, Fenech tiene un tito o es el mejor.

Chirría leer que es la mejor oferta económica cuando es la única. Patxi López cree que Mediador está agotado. Aquí queda un fleco. Sabemos qué factura Fenech a Sánchez para policías del Sahel, pero no a quién vende sus fusiles de asalto, pistolas, silenciadores y balas. Urge averiguarlo. No sea que tenga clientes enfrentados …a tiros.

tracking