Yolanda Díaz gana a Irene Montero: consigue ‘Sumar’ a la izquierda del PSOE
El acto de 'coronación' de Yolanda Díaz con Sumar evidenció su total ruptura con Podemos y ratificó el buen número de apoyos políticos y mediáticos que posee.
Tenían miedo que el acto de coronación de Yolanda Díaz, y de su proyecto Sumar, fuera un rotundo fracaso y que, consecuentemente, la sensación de falta de apoyo acabara por derrumbar lo que finalmente se convirtió en el trampolín de cara a las futuras elecciones generales. En este sentido, eligieron un espacio muy limitado, el polideportivo Antonio Magariños, que permitió albergar en su interior a no más de 500 personas -con un aforo máximo de 600- al tener que descontar el espacio ocupado por el escenario. Querían que las cámaras captasen, sea como fuere, un lleno a desbordar.
El poderío de Yolanda Díaz se palpó, empero, en el exterior. En frente a una gran pantalla situada en el patio que lindaba con el polideportivo, más de 2000 personas -según datos de la organización- siguieron las más de dos horas que duró el primer mitin oficial de Sumar como partido que se presentará a las elecciones generales. Los organizadores no escondían su ilusión ante tanto apoyo social: “superó todas nuestras expectativas”, afirmó una miembro de la organización a ESdiario.
Jorge Javier Vázquez apoyó a Yolanda Díaz ante la ausencia de la dirección de Unidas Podemos
Y no solo apoyo de la sociedad civil. Yolanda Díaz estuvo arropada por destacabas personalidades del ámbito político, televisivo y cultural. Como figuras más llamativas, destacar la presencia -en primera línea y con abrazo incluido- del conocido presentador de televisión Jorge Javier Vázquez y, con el papel de representar a los más jóvenes, despuntó el célebre tiktoker Helio Roque, quien llegó hasta a pronunciar un discurso de presentación.
Del ámbito político, la actual ministra de Trabajo consiguió acercar al proyecto Sumar más de una docena de formaciones políticas que ocupan el espacio a la izquierda del PSOE: a Izquierda Unida, con la presencia de Alberto Garzón; a Catalunya en Comú, con Ada Colau y Jaume Asens; a Más Madrid, con Mónica García y Rita Maestre; a Más País, con Íñigo Errejón; a Compromís o la Chunta Aragonesista, entre otras. También han venido a apoyar a Díaz la líder del Partido Verde Europeo, Mélanie Vogel, y el presidente del Partido de la Izquierda Europea, Walter Baier.
La inmensa mayoría que conforma la izquierda de la izquierda han venido a arropar el inicio del arduo camino que ahora Yolanda Díaz deberá emprender para tratar de conseguir su mayor deseo: “ser la primera mujer presidenta de España”, como afirmó. La inmensa mayoría, como decíamos, salvo la dirección de Podemos. Y esa esperada ausencia fue, sin duda, la noticia del día: se ratifica la total ruptura entre el bloque Irene Montero, Ione Belarra y Pablo Iglesias con Yolanda Díaz. Un cisma que parece no tener una clara solución y que derivó, claramente, de una fratricida lucha de poder: por no haber llegado a un acuerdo para celebrar unas “primarias abiertas” con las que configurar las listas electorales.
Unidas Podemos vuelve a ser Podemos, sin unión
Yolanda Díaz ganó a Irene Montero, a Ione Belarra y a Pablo Iglesias, eso es evidente, y para entusiasmo del cuarto miembro de la ecuación: Pedro Sánchez. El tono más sosegado de su vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo le permite dormir tranquilo mientras sueña con ese tan ansiado y vendible pacto entre PSOE y Sumar que pueda llevar a ambos tortolitos políticos de la mano, de nuevo, a La Moncloa. Deseo que, recordemos, ya se evidenció en la fracasada moción de censura de VOX con el naciente bloque Sánchez-Díaz. Ya podemos afirmar, así, que en la coalición de Gobierno no hay dos partidos políticos, ahora hay tres: PSOE, Unidas Podemos y Sumar. Ahora solo les falta que las encuestas, que muestran un evidente deseo de cambio político en España con Feijóo, remen a su favor. Y eso será lo más difícil de conseguir.
“Podemos ha cambiado y ha dejado de ser útil”, se escuchaba por la pista del pabellón Antonio Magariños. La gran mayoría de los asistentes fueron votantes de Unidas Podemos que ahora se sienten desencantados por su belicista forma de hacer gobierno y su incorregible incapacidad de llegar a acuerdos pero sí de montar jaleos -y crisis de gobierno-. Y aquí reside el principal error de Unidas Podemos que Yolanda Díaz ha sabido explotar a la perfección.
No es casual, por tanto, que su proyecto se llame Sumar y que sus palabras más repetidas en el acto de coronación hubieran sido: consenso y diálogo. Incluso con el que discrepa totalmente en ideas. Con esos también hay que sentarse a hablar. No exclusivamente confrontar, también llegar a consensos y ser, por tanto, útiles. Y esta forma de hacer política es la que, parece, comparten el resto de formaciones políticas que, hasta el nacimiento de Sumar, apoyaban a un Unidas Podemos que ya ha dejado de estar unido. Vuelve a ser Podemos, a secas y en solitario.
Las duras críticas de Yolanda Díaz a Alberto Núñez Feijóo
A pesar de la oda de : desde el peyorativo neoliberal hasta afirmar que expulsó a gallegos de Galicia en su etapa como Presidente de la Xunta. No escatimó, en suma, en críticas hacia el líder de la oposición.
Tampoco explicó Yolanda Díaz, como vicepresidenta segunda del Gobierno que es, además de ministra de Trabajo: por qué España es líder absoluto en desempleo de toda la Unión Europea; por qué España todavía no recuperó los niveles previos de la pandemia; por qué la renta per cápita de los españoles ha caído a niveles por debajo del 2018; por qué el nivel de democracia de España -según el índice elaborado anualmente por The Economist- cayó seis puntos desde que Pedro Sánchez es Presidente; por qué España es el segundo país europeo con más niños pobres o en riesgo de serlo; por qué España está a la cola de los países de la OCDE en libertad económica; por qué grandes empresas -como Ferrovial- se van de España y potenciales inversores no llegan. Y, en suma, tantas otras preguntas que le podríamos hacer a una Yolanda Díaz que, ciertamente, tiene una capacidad de oratoria y de convencimiento muy superior a la mayoría de sus compañeros políticos. Para suerte de Pedro Sánchez.