Sánchez Dragó y las premoniciones sobre su cercana muerte en su último discurso

El pasado viernes, una hija del escritor Fernando Sánchez Dragó recogió el Premio Castilla y León de las Letras 2022 concedido a su padre hace unas semanas. Murió sabiendo que había recaído sobre él y tuvo tiempo de redactar el discurso de agradecimiento que leyó en su nombre su hija Ayanta Barilli. El discurso, a la altura intelectual del escritor, tuvo alusiones a su muerte, casi premonitorias, que pusieron los pelos de punta y las lágrimas a flor de piel a muchos de los asistentes al auditorio Miguel Delibes donde se celebró la ceremonia.

“Son muchos los periodistas que, entrevistado yo en los días anteriores por razón de este premio, me preguntaban si llega tarde. ¿Tarde?”, relataba en su discurso. “¡Hombre! La verdad es que sí. Voy camino de los ochenta y siete. Si se descuidan un poco, me lo dan a título póstumo y al alimón con Raskayú…”, añadía a continuación.

Pero más allá de esa premonición, uno de los momentos del discurso en el que parecía intuir su desenlace fue en el que relató el asesinato de su padre a manos del bando republicano en la Guerra Civil. Nunca le llegó a conocer. Su madre lo llevaba en su seno cuando su progenitor, periodista de la Agencia Febus, viajó hasta Melilla en 1936 para informar sobre el levantamiento militar y no volvió.

"Comenzó así para él una peripecia, una odisea, una tragedia, que culminó dos meses más tarde en la cancela de salida de la cárcel de Burgos, donde fue objeto y víctima de una de aquellas ominosas sacas de presos sin juicio (o con él) que salpicaron de sangre y de muertes delictivas en los dos bandos la primera etapa, sobre todo, de nuestra guerra civil”, señalaba en su discurso.

El cadáver de su padre fue enterrado en una fosa cercana a Burgos. Nunca ha sido identificado a pesar de los esfuerzos del propio Dragó. La “España cainita”, explicaba, salió a relucir cuando se dirigió a pedir ayuda a la “Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y hoy supuestamente Democrática”. Le cerraron las puertas. “Sánchez Dragó es una persona incómoda para la Asociación y eso frena cualquier iniciativa que lo implique”, fue la respuesta final de un funcionario de la Asociación.

“Aprovecho la voz de la que aquí dispongo para manifestar que sería para mí algo más que un premio literario, por importante que éste sea, recuperar los restos mortales de aquel periodista, y escritor, cargado de vida que me dio la mía y perdió la suya para servir a la deontología de su profesión”, decía el autor en su último discurso que no llegó a leer.

"Yo soy de los que creen, sin prueba ni certeza, pero con fe, con esperanza y con caridad, virtudes teologales, que quizá siga la vida después de la muerte”, confesó el premio de las Letras 2022 de Castilla y León

El auditorio se quedó helado al escuchar a continuación como Dragó había escrito un último deseo al respecto. Tras desvelar que tenía preparada ya su propia sepultura en el cementerio de Castilfrío (Soria), donde pasó las décadas finales de su vida, afirmó: “Me gustaría poder compartirla, suponiendo que la ley lo consienta, con lo que quede de mi padre y así, ya que nuestros cuerpos no pudieron abrazarse en vida, se abrazarían nuestros esqueletos. Algo es algo.”

La primera parte se ha cumplido ya. Fernando Sánchez Dragó reposa en el cementerio de Castilfrío y allí espera a su padre. “Yo soy de los que creen, sin prueba ni certeza, pero con fe, con esperanza y con caridad, virtudes teologales, que quizá siga la vida después de la muerte”, confesó el premio de las Letras 2022 de Castilla y León que no llegó a recoger el galardón.