Exteriores y Moncloa ponen la agenda internacional al servicio de la izquierda
El presidente del Gobierno recibe con todo el boato a los presidentes más cercanos a Podemos y el chavismo como Lula o Petro. En busca de fotos y de dividir al centroderecha.
Las últimas visitas de presidentes extranjeros a España recibidos con todos los honores han sido las del presidente de Brasil, Ignacio Lula da Silva, y la de su homólogo de Colombia, Gustavo Petro. Estas dos visitas no son casuales, sino que forman parte de la ola de dirigentes populistas de corte bolivariano que se ha extendido por Hispanoamérica y que tanto gusta en Podemos -el propio Juan Carlos Monedero presumía de su amistad con Gustavo Petro-.
Pedro Sánchez pone así la agenda internacional de España al servicio del blanqueamiento del populismo latinoamericano del que bebe Podemos, y lo hace precisamente a un mes de las elecciones con la vista puesta en sacar rentabilidad política de estas visitas y que desde la formación morada no se apropien del reciente triunfo de Lula da Silva en Brasil o del de Gustavo Petro en Colombia, que ha supuesto un giro al populismo de izquierda en ambos países.
Pedro Sánchez se abraza con Lula da Silva
Gustavo Petro ha sido por tanto recibido con todos los honores por el sanchismo pese a que su visita ha estado cargada de una fuerte polémica, esas que tanto gustan en Podemos. Desde denunciar “el yugo colonial español” a negarse a ponerse el protocolario frac en la cena de gala con Felipe VI, a incluso decir que “tenía pesadillas” por dormir en el Palacio del Pardo, que antaño fue residencia de Francisco Franco.
Antes de Gustavo Petro, Pedro Sánchez recibió al presidente de Brasil, a quien había apoyado durante su campaña electoral. El presidente del Gobierno estaba muy interesado en la foto con Lula da Silva, pues el mandatario brasileño, admirado por Podemos y su entorno, representa uno de los principales argumentos del sanchismo: la victoria de la izquierda -que han vendido como perseguida por las causas judiciales de Lula- sobre la extrema derecha, en relación a las elecciones que ganó al ex presidente Jair Bolsonaro.
Petro en el Congreso, hace un cariñoso gesto a la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurúa.
Y mientras el populismo bolivariano visita Moncloa, Pedro Sánchez también ha tenido otras reuniones con líderes internacionales en las últimas semanas, pero por las que ha pasado de puntillas y desde su gabinete no ha dado tanto bombo, como la del primer ministro de Portugal, António Costa -que es además socialista- o su visita a Italia para reunirse con Giorgia Meloni, una visita incómodo pues desde el PSOE se había tachado a la italiana de “ultraderecha”.