44 etarras elegibles frente a 30 inelegibles de PP y PSOE por tiro en la nuca
Bildu ficha como candidatos a terroristas que quisieron matar a Rita Barberá, a un edil socialista y a un promotor de “socializar el sufrimiento” (asesinato) de los rivales políticos.
Los 44 condenados por vínculos con ETA fichados por Bildu son legalmente elegibles. No sufren inhabilitación para cargo público. Cuando el juez la aplica, se extingue al cumplir la condena. Una generosidad cuestionada por juristas que piden que esta pena se cumpla tras finalizar la de prisión. Por el contrario, las fuerzas constitucionalistas tienen 800 candidatos inelegibles: sus asesinados.
Entre ellos, una treintena de políticos y concejales de PP y PSOE abatidos por ETA. Miguel Ángel Blanco (PP) o Isaías Carrasco (PSOE) sufren inhabilitación perpetua, a diferencia de los fichajes de Bildu. Si se suman otras fuerzas, UPN o UCD, superan los 40 los políticos rivales ejecutados por la antigua empresa de Otegui.
Estos asesinatos no cayeron del cielo, ni de reuniones secretas de cuatro cargos de ETA. Los refrendaron políticamente quienes hoy quieren gestionar la vida local de sus conciudadanos vascos o navarros, ayer su muerte.
Adolfo Araiz Flamarique (2 al Parlamento navarro). Era miembro de la cúpula de HB que aprobó la ponencia Oldartzen. En 1995, tras la participación en 211 asambleas locales de Navarra y País Vasco, y de 5.322 militantes de Herri Batasuna, Oldartzen se imponía como línea oficialista de ETA con un respaldo del 71,23%.
Bildu sirve de soporte técnico y parlamentario para iniciativas del Gobierno de Sánchez como la ley de vivienda. Menudos asesores. Su candidata Ekin Garmendia era de la “mesa de Construcción” de EKIN, pero su labor era transmitir las órdenes de ETA a la trama política. No era el SAREB.
Reivindicaba “socializar el sufrimiento”. Es decir, matar concejales o políticos rivales. En el PP, tras tal sentencia de muerte global, el primero en caer fue Gregorio Ordóñez. Le siguió Miguel Ángel Blanco y una decena de políticos populares: José Luis Caso, José Ignacio Iruretagoyena, Alberto Jiménez-Becerril, Manuel Zamarreño, Jesús María Pedrosa, José María Martín Carpena, Manuel Indiano Azaustre, José Luis Ruiz Casado, Francisco Cano Consuegra, Manuel Giménez Abad…
Con anterioridad, ETA había matado a otros dos concejales del PP, pero el salto mortífero lo dio el plan del futuro parlamentario navarro. Una docena de cargos inelegibles por disparo en la nuca. Pero el PP tiene otra afrenta en la lista de la ignominia: Sara Majarenas formó parte del Comando Levante, que tenía entre sus objetivos atentar contra Rita Barberá. Nada mejor para batir un rival que abatirlo.
Arnaldo Otegui, este jueves con los cabezas de lista de Bildu para el 28-M.
El PSOE, antes y después de Oldartzen, se llevó su ración de plomo: una docena de muertos. Germán González López, Enrique Casas, Vicente Gajate, Fernando Múgica, Francisco Tomás y Valiente. Fernando Buesa, Juan María Jáuregui, Ernest Lluch, Froilán Elespe, Juan Priede, Joseba Pagazaurtundua, Isaias Carrasco…
Otro candidato de Bildu hoy, Asier Altuna, colaboró en el intento de atentado contra el concejal socialista de Eibar José Luis Vallés. Trasladó a los etarras a Mondragón y les facilitó vigilancia mientras robaban y trasladaban el coche que iban a utilizar en el atentado.
Y la flamante candidata Begoña Uzkudun fue condenada en 1989 a 18 años por el asesinato de José Larrañaga Arenas (UCD) en 1984 en Azcoitia. Avisó a ETA de la presencia de Larrañaga en la localidad, a la que volvía en contadas ocasiones. Ejemplifica la generosidad de la democracia con los candidatos de Bildu: llegó a estar condenada a 108 años, cumplió 17.
Bildu paga su factura de sangre. Un currículo que la prensa suaviza presentando a siete como asesinos. ¿Qué son los otros 37 que esconden a los pistoleros, espían a las víctimas, financian la banda desde su taberna, jalean sus ejecuciones desde su diario…? El objeto social de la empresa ETA era matar. No había criminales y pacifistas en el club de la guadaña.
Bildu sirve de soporte técnico y parlamentario para iniciativas del Gobierno de Sánchez como la ley de vivienda. Menudos asesores. Su candidata Ekin Garmendia era de la “mesa de Construcción” de EKIN, pero su labor era transmitir las órdenes de ETA a la trama política. No era el SAREB.
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Tampoco permite defender la tasa bancaria fichar expertos en volar cajeros o sucursales. Ni reflotará la hostelería contar con un tabernero que financiaba comandos de ETA y el ideólogo de tales ayudas (Juan Cruz). Ni la subdirectora de EGIN elegida por ETA, Teresa Toda, redimensionará la vida cultural donostiarra. Ni son expertos en turismo sus candidatos por pasar etarras a Francia. No es una ruta jacobea.
"Sentimos su dolor y nunca debió haberse producido", decía Otegui en 2021. Si éste es el consuelo y tacto que vierte el líder de Bildu para las 800 víctimas de ETA, habría que testar su sensibilidad si Amedo y demás potenciales candidatos de los GAL se presentaran en Euskadi o Navarra como concejales o parlamentarios. Por lo menos, el orden del día municipal sería más comprensible para ambas partes. ¿Y tú cuántos mataste?
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