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El día que Pedro Sánchez pactó con Bildu sin siquiera necesitar sus votos

El presidente del Gobierno buscó el apoyo de los proetarras a una de las leyes más importantes de la legislatura cuando ya tenía la mayoría garantizada de forma muy holgada.

Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y la bancada socialista aplauden y celebran la aprobación de los PGE de 2023 en el Congreso

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Era el 24 de noviembre del año pasado cuando el Pleno del Congreso votó una de las leyes más importantes de la legislatura: la de los Presupuestos Generales del Estado para 2023. Una norma que según todos los analistas políticos, daba al Gobierno la estabilidad necesaria para acabar la legislatura. Pedro Sánchez quiso los votos de EH Bildu, los negoció con ahínco a pesar de que no los necesitaba para nada. Tenía mayoría absoluta sin ellos y le bastaba una mayoría simple.

El texto definitivo se aprobó por 188 votos a favor: los del PSOE, Unidas Podemos, un voto del Grupo Mixto (una exdiputada ‘morada’), el PNV, Coalición Canaria, PRC, Más País, Compromís, PDeCAT, ERC y…. los 5 votos de Bildu. Sin esos 5 votos Sánchez habría logrado igualmente y de manera holgada la mayoría simple que necesitaba, más síes que noes, e incluso habría alcanzado con claridad la mayoría absoluta, fijada en 176 apoyos. Concretamente, sin los proetarras en la suma habría tenido 183 votos.

Sin embargo, el PSOE se afanó por lograr el acuerdo con Bildu en el Congreso. De hecho meses antes empezó a trabajarse a sus socios proetarras y a ERC de tal manera que a principios de septiembre unos y otros renunciaron a presentar enmiendas a la totalidad. El acuerdo con sus “socios preferentes” se vislumbraba ya entonces como algo muy factible. El Confidencial tituló así una noticia fechada el 6 de octubre: “El PSOE ningunea a UP y dará protagonismo a ERC y Bildu en la negociación de los PGE”.

La pregunta que surge inmediatamente es por qué Sánchez quería el apoyo de Bildu a toda costa a pesar de no necesitarlo. La respuesta, como el propio Sánchez, tiene varias caras. Una, la intención del PSOE de blanquear a Bildu para poder contar con sus votos con normalidad y naturalidad.

La portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, pasa por delante de Pedro Sánchez durante una sesión en el Congreso de los Diputados

Todos contra el PP para no perder la Moncloa

Otra, el convencimiento de que sus opciones por repetir en la Moncloa pasan por sumar a todos contra el PP. Los votos de Bildu que le sobraban en los PGE podrían ser decisivos en una hipotética investidura tras las próximas elecciones generales de diciembre. Y una tercera, el deseo de reemplazar al PNV como socio de referencia en el País Vasco, pensando en una futura de coalición de Gobierno PSOE-Bildu en esa comunidad autónoma.

Todas esas claves estaban en la cabeza de Sánchez cuando ordenó pactar con Bildu los votos que no necesitaba para los PGE. El anuncio de aquel acuerdo se lo dejó a la portavoz proetarra, Mertxe Aizpurua. Incluía 10 puntos, entre ellos echar a la Guardia Civil de Tráfico de Navarra y subvencionar el circo en euskera. Eso que sepamos, claro. Es probable que hubiera más por debajo de la mesa.

El caso es que aquella votación de los PGE fue muy celebrada por el Gobierno. “Conseguir un país mejor, más igualitario y sostenible”, decía el PSOE en su cuenta oficial de Twitter. Un país mejor con 5 votos de Bildu que ni siquiera necesitaban.

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