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El 28-M, más que unas elecciones: fin del ciclo 15M e inicio de la 'era' Feijóo

El PP ganará las elecciones, el PSOE puede dar alguna sorpresa, Podemos y Ciudadanos certificarán su fin y Vox mejorará sus resultados con respecto al 2019.

Alberto Núñez Feijóo, líder del PP en actitud ganadora

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Desde el 2019 no estaba llamado a las urnas todo el censo electoral. Es por ello que estas elecciones autonómicas y municipales son concebidas como una gran encuesta que pronosticará los resultados que veremos en las próximas elecciones generales de final de año. Así, la distancia entre PP y PSOE en el cómputo global de votos -lo determinante para los análisis postelectorales- marcarán la contundencia con la que los españoles censuran a Pedro Sánchez y alzan a Feijóo como previsible futuro Presidente del Gobierno.

Si bien la participación en los comicios autonómicos y municipales es menor que en unos nacionales, el resultado para los dos grandes partidos será determinante para configurar sus discursos de aquí a final de año. Así, si el PP de Feijóo gana con contundencia, el líder del PP será elevado a la categoría de jefe del Ejecutivo in péctore -ganando la total legitimidad interna, dentro del PP, como externa- y Pedro Sánchez lo tendrá muy complicado para desmarcarse de la fecha de caducidad que ya muchos le etiquetan.

Hay un efecto que es decisivo para movilizar al electorado: el subirse al caballo ganador. El denominado efecto de arrastre o efecto bandwagon sentencia que aquel partido o líder que está de moda y que es percibido como ganador adquiere, consecuentemente, más posibilidades de captar a desafectos, de incrementar su masa electoral, y, en suma, de ganar. La gente tiende a unirse a aquellos que están fuertes: a perro flaco, todo le son pulgas.

El 28M: fin de ciclo e inicio de un nuevo bipartidismo

El Partido Popular ha recuperado un oxígeno, tal y como marcan tendencialmente todas las encuestas -salvo el CIS de Tezanos-, que hacía años que no tenía. Esto trae aparejado el fin de dos ciclos que han marcado la última década: el del 15M y el del procés.

Los partidos de la indignación nacidos tras el Movimiento 15-M de mayo del 2011, Podemos en la izquierda y Ciudadanos en la derecha, verán en el 28 de mayo su muerte política. Más abruptamente en el caso de Ciudadanos, el remanente de electores en el caso de Podemos decrecerá sustancialmente quedando, tan solo, los más fieles y movilizados.

El ciclo del procés también llegará a su fin. En las capitales de provincia de Cataluña, especialmente, se nota un agotamiento del nacionalismo: Esquerra ya no tiene tanta potencia electoral.

Una pandemia, una guerra y, sobre todo, alianzas electorales no previstas antes de las elecciones del 2019: mucho ha cambiado la radiografía política en los últimos 4 años. Ello ha contribuido a que los dos grandes partidos, PP y PSOE, adquieran una relevancia que habían perdido hasta el punto de volver a hablar de la vuelta a un bipartidismo imperfecto. Feijóo y Pedro Sánchez se han convertido en los dos grandes líderes mientras que el resto de partidos políticos en sus respectivos satélites y apoyos.

El PP: vencedor del 28M

Desde GAD3 tienen claro que el Partido Popular será el ganador de estas elecciones. Con más diferencia con respecto al PSOE en el ámbito municipal y más ajustado en el autonómico, el PP se recuperará de ese millón y medio de votos que el PSOE le sacó en los comicios del 2019.

Y no solo los municipios se teñirán en su gran mayoría de azul, también lo harán la mayoría de capitales de provincia que son de vital importancia para remarcar cuánto pulso le gana el PP al PSOE.

En cuanto a las doce Comunidades Autónomas que están en liza en este 28M, el partido de Feijóo se posicionará claramente como primera fuerza política a excepción, posiblemente, de Canarias, Extremadura y Castilla-La Mancha. En ellas, la fuerza de Vox -al sumar con el PP- será determinante para conseguir un vuelco de gobierno. Se percibe en los sondeos, además, un claro cambio de color -donde Vox sería necesario- en el Ejecutivo autonómico de Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares, La Rioja y Cantabria.

El PSOE: caben algunas sorpresas

Existe una clara diferencia entre ganar y gobernar. Como dijimos, hay Comunidades Autónomas en las que la diferencia de votos entre PP y PSOE sería ajustada y en donde los partidos satélites de PSOE, Podemos, y del PP, Vox, serían determinantes para que el Gobierno se vistiera de socialista o de popular. Aún caben, por tanto, algunas sorpresas.

En el caso de la Comunidad de Madrid, la incógnita reside en si Juan Lobato conseguirá superar en votos, tal y como sostiene GAD3, a Mónica García y situarse como líder de la oposición a Ayuso.

En 2019 la transferencia de votos dentro de un mismo bloque afectaba sobremanera a la derecha: un votante de Ciudadanos podía votar al PP y uno del PP a Vox y viceversa. Había una gran movilidad electoral dentro del espectro de la derecha. Ahora, sin embargo, esta liquidez electoral se aprecia en el bloque de la izquierda, máxime con la irrupción de Sumar cuyo efecto fragmentador se verá en las generales.

Podemos y Ciudadanos: certifican su fin

Tal y como se explicaba anteriormente, los partidos de la indignación han acabado por indignar a sus votantes. Tanto es así, que ratificarán su fallecimiento electoral en este 28M.

En cuanto a Unidas Podemos, la gran incógnita es si entrará en la Asamblea de Madrid. De hacerlo, podría obtener 7 diputados autonómicos ya que se sabe que si alcanzan la barrera legal del 5% obtienen, de entrada, 7 representantes. En todo caso, Podemos posee, a día de hoy, uno de los electorados más movilizados pues, al estar en sus últimas, los que quedan son sus votantes más fieles: si la participación electoral es alta, el partido morado tendrá menos posibilidades de entrar, si es baja, tendrá más. Todo dependerá de la capacidad de movilización de la derecha.

Ciudadanos, por su parte, representa el mayor movimiento de voto jamás visto en los últimos tiempos. De los 1,8 millones de votos que obtuvo en las últimas elecciones autonómicas y municipales ahora obtendrá entre 200.000 y 400.000, habiéndose ido el grosso de los votantes perdidos al Partido Popular. Ergo, no conseguirá entrar en ninguna capital de provincia y tampoco en ninguna asamblea regional.

Vox: será clave en algunos territorios

Estas elecciones no son las de Vox. El potencial del partido liderado por Santiago Abascal reside en lo nacional, ya lo observamos en Andalucía que quedó muy por debajo de sus expectativas. A pesar de ello, es un partido que suele dar sorpresas con respecto a lo vaticinado en los sondeos pues, al ser un partido muy joven, todavía no hay un histórico que permita entender qué ocurre con sus votantes.

En todo caso, obtendrá un mejor resultado que en las últimas elecciones del 2019: entrará en todas las capitales de provincia y en todas las asambleas regionales. La incógnita para Vox es la Comunidad de Madrid donde se prevé que Rocío Monasterio obtenga un resultado muy poco alentador.

En conclusión, vivimos en una sociedad muy volátil en donde los cambios políticos y, especialmente, los electorales se viven con demasiada rapidez. Nada está escrito. Aunque el cambio de ciclo político parece ya seguro.

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