El "cambio de cromos" de Sánchez con Otegi que puede dar la puntilla al PSOE
El adelanto de las generales al 23 de julio lo marcará todo. Sobre todo la patata caliente de las alcaldías de Pamplona y Vitoria, el gobierno de Navarra y la Diputación de Guipúzcoa.
Esta mañana antes de las 11, todo el mundo miraba en España al 28-M. Pero después de esa hora la clase política mira al 23-J. Y entre medias, resolver el puzzle de las municipales y autonómicas y, para el PSOE, decidir si sigue atado a las malas compañías de Pedro Sánchez.
“Pregunta en Madrid”, es la respuesta obtenida por ESdiario de fuentes del PSOE vasco y del navarro a la pregunta de ¿qué pasará? en el escenario de pactos para cuatro instituciones que están en el aire tras el infartante 28-M. Se trata de las alcaldías de Pamplona y Vitoria, la presidencia de Navarra y la Diputación Foral de Guipúzcoa.
Y es que en manos de Pedro Sánchez, y solo de él, está decidir si de una tacada Bildu gobierna Vitoria, Pamplona y Guipúzcoa a cambio de que la socialista María Chivite revalide la presidencia de la Comunidad Foral.
Sánchez ha engordado a Bildu desairando al PNV. Pero gobierna con él el Gobierno Vasco. Y ahora ha caído en la trampa, no puede contentar a los dos a la vez y va a tener que elegir entre Bildu o PNV. Y necesita a los dos para gobernar en Vitoria y Navarra.
La ecuación es diabólica porque obligará a retratarse a Moncloa y Ferraz y puede condicionar las expectativas del PSOE para las generales ahora a la vuelta de la esquina, visto el antecedente de este domingo.
Vayamos por partes. En Vitoria ha ganado la alcaldía la candidata de Bildu por delante de la socialista y la popular. Pero un pacto PSOE-PNV-PP cerraría el paso a los batasunos y daría la alcaldía al PSOE. Pero supondría una provocación de Sánchez a Otegi que podría tener represalias en Navarra.
Porque en Navarra, Chivite puede gobernar si Bildu le deja y la exigencia de Otegi pasa por que su candidato Joseba Asiron sea alcalde de Pamplona por segunda vez, cerrando el paso al ganador de los comicios, UPN. Y la pregunta que muchos en Bildu se hacen es por qué en Vitoria no y en Pamplona sí.
María Chivite, este domingo, tras conocer que queda en manos de Bildu.
Y luego está la cuarta pata de este galimatías político y aritmético: la Diputacion de Guipúzcoa. Ojo, es un tesoro que recauda los impuestos y maneja un presupuesto multimillonario. La ha ganado Bildu pero el PNV anunció en la misma noche del domingo que busca un pacto con el PSE para evitar que Maddalen Iriarte, mano derecha de Otegi, la gobierne.
Así que, como en un dominó, en Ferraz se aplican eso estas horas el viejo dicho de cría cuervos y te sacarán los ojos. Sánchez ha engordado a Bildu desairando al PNV. Pero gobierna con él el Gobierno Vasco. Y ahora ha caído en la trampa, no puede contentar a los dos a la vez y va a tener que elegir entre Bildu o PNV. Y necesita a los dos para gobernar en Vitoria y Navarra.
Todo un dilema. “Yo con los herederos de ETA ni a la vuelta de la esquina”, dejó dicho en su último mitin de campaña el “superviviente” Page. Sabía de lo que hablaba.