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Pedro Sánchez está diseñando su propia sucesión en el PSOE: así quiere que sea

El núcleo de Pedro Sánchez, tras la derrota en el 28M, ha activado tres operaciones: la de movilizar al electorado, la de acallar las críticas y la de suceder al secretario general.

Pedro Sánchez y María Jesús Montero en el Congreso de los Diputados

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Los pasados comicios del 28 de mayo han supuesto un punto de inflexión en la estrategia del PSOE. La contundente -e indiscutible- victoria de un Partido Popular que ha superado las mejores expectativas electorales ha supuesto el inicio de tres grandes operaciones dentro del PSOE pilotadas por el núcleo de confianza de Pedro Sánchez.

Uno, la operación movilización: el incremento de la participación del electorado de izquierdas -en el 23J- se conseguirá, creen los gurús monclovitas, agitando el miedo contra la ultraderecha de Vox que pactará gobiernos con el PP.

Dos, la operación silencio: acallar todas las críticas internas que puedan derivar de la estrepitosa derrota del sanchismo en el 28M.

Y, tres, la operación sucesión: si el PSOE vuelve a sufrir una debacle electoral en el 23J, Sánchez no podrá seguir sobreviviendo en la secretaría general del partido. El post-Sánchez es, en suma, un escenario que ya se contempla en las altas esferas del partido socialista y en marcha está el diseño de una transición favorable a la imagen e intereses del todavía líder del PSOE y presidente del Gobierno. El sanchismo prepara su propia transición.

La operación sucesión: un secretario general de transición

Si bien dentro del PSOE está ya habiendo mínimos -y clandestinos- movimientos para forjar el fin de Pedro Sánchez, todavía no hay un nombre que resuene y, menos, una alternativa de liderazgo que cuente con sólidos avales.

La sucesión de Pedro Sánchez, sin embargo, y por muy paradójico que suene, se está forjando desde el núcleo de confianza del propio Pedro Sánchez. Desde luego, el sanchismo va a intentar sobrevivir hasta el final y harán todo lo posible -usando todos los métodos bélicos al alcance- para superar el 23J y no tener que activar esta operación. Pero hay un muy posible escenario: que el 28M se repita en el 23J y a Pedro Sánchez no le queda más remedio que abandonar la secretaría general del PSOE.

“Por presiones externas, Pedro Sánchez jamás dimitiría porque no es una persona que tire la toalla, al contrario”, incide una sólida fuente del entorno de Sánchez a ESdiario.

Pero, está claro, otra contundente victoria del PP en el asalto final del 23J no la resiste el actual líder socialista.

Llegados a ese extremo, si la operación sucesión ha de activarse lo conveniente para Sánchez es que sea bajo sus directrices, que la ejecute una persona de su máxima confianza y que sea del todo beneficioso -en imagen y forma- para él. En este sentido, lo que se desea y lo que ya se está diseñando es que un -o una- secretario general totalmente afín a Sánchez ocupe el puesto temporalmente, mientras se apacigua todo, hasta la convocatoria de un Congreso Extraordinario del PSOE.

Los dos nombres que están encima de la mesa para ejecutar ese periodo de transición post-Sánchez son: Patxi López y, especialmente, María Jesús Montero. De ahí que a la actual Ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE -la segunda orgánicamente después de Sánchez-, se le esté dando un creciente peso mediático. Por su parte, cabe destacar que el Congreso ordinario del PSOE está convocado para 2025 pero, evidentemente, la secretaría general de transición no puede aguantar tanto.

“Lo más probable es que María Jesús Montero asuma la secretaría general del PSOE tras el 23J y se convoque un Congreso Extraordinario a inicios del 2024 para elegir al nuevo secretario general. Será muy interesante ver el debate de los candidatos que se presenten”, explica a ESdiario el socialista consultado. Y añade: “lo que le puede salvar a Pedro Sánchez es que, aunque sufra una nueva derrota contra el PP, el bloque de la izquierda consiga sumar y él pueda volver a ser presidente del Gobierno”. Sería esta su única posibilidad de supervivencia y de ahí que tenga tanto interés en que Yolanda Díaz consiga un acuerdo con Podemos y concurran juntos a las elecciones para, así, no fragmentar un voto que será totalmente decisivo para que el sanchismo sobreviva.

La operación silencio del PSOE: las listas electorales

“En las alturas del PSOE ya solo queda gente que está a sueldo”, confiesa otro mediático socialista, bien conocedor de cómo actúa internamente Pedro Sánchez, a ESdiario. Y esta es, precisamente, la forma que Ferraz tiene de apaciguar las aguas y garantizar que las críticas a Pedro Sánchez no se magnifiquen y ocasionen una inasumible deslegitimación de su liderazgo.

El 23 de julio está a la vuelta de la esquina y las listas electorales ya se están conformando. Los socialistas que tienen un sueldo lo que más desean es conservarlo: el mantenerse en las listas -o en cargos- o el entrar en ellas es el caramelo que persiguen cientos de socialistas en estos momentos. Y las listas, a día de hoy, las conforma Pedro Sánchez.

“Pedro Sánchez está prometiendo a todos ir en las listas o entrar en un cargo del partido con sueldo”, asegura la misma fuente socialista consultada por ESdiario.

Y con esto acalla las críticas: por muy descontentos que estén los socialistas con Sánchez y ya asuman el final de su era, saben que si lo critican se quedan sin sueldo -y sin su parcela, mayor o menor, de poder-. Tan simple como eso. “Los socialistas no están criticando ni a la persona ni a su liderazgo por miedo a no ir en las listas”, sentencia la fuente consultada por este periódico.

Quedan 52 días para el 23 de julio. Y nada está escrito.