Alfonso Guerra pone nombre y apellidos al lastre del PSOE: no gustará en Moncloa
El exvicepresidente del Gobierno tiene claro quien es el culpable del mal momento por el que está pasando el socialismo y que se reflejó en las urnas este pasado 28 de mayo: Pedro Sánchez.
Las urnas dieron el 28 de mayo un duro golpe de realidad al PSOE. El socialismo solo ha podido conservar Castilla La-Mancha, Navarra y las Islas Canarias y tiene que ver como el Partido Popular, más allá de posibles pactos o no con Vox, ha teñido de azul gran parte de las regiones y ayuntamientos de nuestro país. Pedro Sánchez reaccionó convocando elecciones generales y convoca un gabinete de crisis para planear cómo salvar la Moncloa y los motivos que les han llevado a esta situación.
Sin embargo, para un socialista histórico como Alfonso Guerra, el problema del PSOE hoy en día está precisamente al frente de esa mesa. Y es que, el que fuera vicepresidente del Gobierno durante diez años ha asegurado en una entrevista para The Objective, que tal vez ha llegado el momento de que los socialistas se pregunten si el problema puede ser su propio líder.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la presidenta del PSOE y vicepresidenta del Senado, Cristina Narbona.
Para Guerra, la desconfianza que genera a su alrededor Sánchez y las decisiones que toma, más pensando en clave personal que en el conjunto del país o de su partido, está haciendo mella. Una desconfianza que se habría traducido en las urnas en los recientes comicios autonómicos y municipales.
Sánchez y su abrazo con Iglesias: el principio del fin
Además, para el exvicepresidente, un momento fue el inicio del fin de Pedro Sánchez como líder del Ejecutivo: cuando se abrazó a Pablo Iglesias. "Ese día se firmaba el acta de defunción política de miles de responsables políticos socialistas", asegura Guerra, que asegura que esa alianza supuso un “cambio brutal” en la tradición y el pensamiento del socialismo. Considera que con ese movimiento se abandonó la idea política liberal del PSOE durante 140 años para cambiarla por una alianza de “radicales, populistas, independentistas y herederos del terror".
El exvicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra.
Por otro lado, sobre la reacción tras la debacle del domingo, tiene claro que todos los movimientos de Sánchez se originan en clave interna de partido, pues sabe que “si pierde el poder en el partido, lo pierde todo". Un movimiento casi desesperado para “obligar a militantes y dirigentes descontentos” a reaccionar ante un posible cambio de color en el gobierno después del 23 de julio.
A pesar de todo, cree que con una buena campaña se podría reducir esa atmósfera de desconfianza que rodea al presidente del Gobierno y por ende a su partido, lo que requiere cambios en la estrategia, ya que ha quedado demostrado que no ha funcionado. Por todo ello apunta a que es posible que haya llegado el momento de que los socialistas se hagan esa pregunta: ¿No será el problema nuestro candidato?