La cacicada de Sánchez, Delgado, Garzón y el fiscal general, 'a juicio' en la UE
Los fiscales se han cansado de las tropelías de su jefe, Álvaro García Ortiz, y denunciarán su forma de actuar ante la Comisión Europea porque es “un escándalo sin precedentes”.
Lo de Pedro Sánchez con la Fiscalía General del Estado empezó muy mal, como un golpe bajo al estado de Derecho, y va camino de acabar peor aún. Siempre Dolores Delgado en el centro de la diana. Ahora con el agravante de su actual pareja, el ex juez condenado por prevaricación, Baltasar Garzón, que entra en escena como actor secundario, y la cooperación necesaria del fiscal general, Álvaro García Ortiz.
Los cuatro (Sánchez-Delgado-garzón y García Ortiz) van a acabar ‘juzgados’ por la Comisión Europea a iniciativa de la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (APIF) que va a elevar el caso a Bruselas ante “el escándalo sin precedentes” que supone el nombramiento de la ex ministra de Justicia y ex fiscal general como fiscal de la Memoria Democrática, según afirman en un comunicado.
Los actores de esta 'trama': Sánchez y sus nombramientos; el fiscal general devolviendo favores; Dolores Delgado y sus intereses e incompatibilidades, y Baltasar Garzón poniendo la guinda
El escándalo paso a paso
Para neófitos en el tema, el asunto es tan surrealista como esto: Sánchez nombró fiscal general a su ministra de Justicia, Dolores Delgado, en un hecho sin precedentes y muy cuestionable desde el punto de vista democrático. Más aún teniendo en cuenta la consideración que el propio presidente del Gobierno tiene de la fiscalía general y su independencia. Ya saben, “¿de quién depende la fiscalía?”.
Después, Dolores Delgado, por motivos de salud -eso dijo- dejó su puesto en manos de su delfín, Álvaro García Ortiz, actual fiscal general, que ahora le devuelve el favor nombrándola fiscal de Sala de Derechos Humanos y Memoria Democrática. Un escándalo, como dice la APIF en su comunicado, ya que estamos ante "un efectivo intercambio de nombramientos entre ambos: la anterior fiscal general asciende al actual fiscal general, que, a su vez, cuando llega el momento, asciende a la anterior fiscal general”.
Pero no acaba ahí la trama caciquil. El nombramiento de Dolores Delgado llega cuando ya hay convocadas elecciones generales, algo que jamás había sucedido. Es legal, sí, pero se había respetado el periodo electoral para no hacer nombramientos de este tipo a la espera de que el nuevo Gobierno que saliera de las urnas pudiera elegir al fiscal general.
Y para colmo, Baltasar Garzón. El ex juez condenado por prevaricación es la actual pareja de Dolores Delgado. Está al frente de una fundación, FIGBAR, y desde ahí ejerce como un activista de la Memoria Democrática, una materia sobre la que Delgado tendrá que intervenir judicialmente incluso en causas abanderadas por la fundación de Garzón. No parece ético ni serio ni decente.
El caso es tan escandaloso y tan preocupante desde el punto de vista de la independencia de la Justicia y de la calidad democrática de un país, que los fiscales van a sentar ante la Comisión Europea a los cuatro protagonistas del culebrón caciquil. Veremos qué ocurre, pero el prestigio de España está en juego.