Debate Sánchez vs Feijóo el día que 'Txapote' secuestró a Miguel Ángel Blanco

El destino ha querido que el único debate electoral entre Pedro Sanchez y Alberto Núñez Feijóo en Antena 3 se celebre el mismo día en el que se cumplen 26 años del secuestro de Miguel Ángel Blanco, asesinado de forma cobarde por ETA tres días después, el 13 de julio de 1997, por el tristemente célebre pistolero Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote. Seguro que ninguno de los múltiples asesores del candidato del PSOE reparó en esa circunstancia o si lo hizo no le dio la más mínima trascendencia, pero la tiene.

Sánchez tendrá que explicar en Antena 3, ante todos los españoles, por qué ha pactado con los herederos políticos de ETA durante estos años cuando había prometido no hacerlo jamás. La realidad es que lo ha hecho incluso cuando no necesitaba sus votos, por ejemplo para la aprobación de los últimos presupuestos generales del Estado.

Durante estos años de sanchismo, los socialistas se han fotografiado con los representantes de Bildu en el Congreso; les han dejado presentar leyes pactadas con ellos (ley de la vivienda); les han permitido escribir algún capítulo de la ley de memoria democrática; el presidente les ha dado el pésame por la muerte de un etarra en prisión, e incluso los socialistas han brindando con Bildu por Navidad en la prensa vasca.

El resultado de ese blanqueamiento de los herederos de ETA ha sido doble. Por un lado, el sentimiento de impunidad total por parte de Bildu, hasta el punto de presentar a 44 etarras en sus listas de las elecciones municipales del pasado 28M, entre ellos 7 asesinos. Por otro, un crecimiento electoral de Bildu hasta el punto de ser ya el partido con más concejales tanto en el País Vasco como en Navarra.

Todo eso está en la mochila de Sánchez. Todo eso lo va a tener que explicar en el cara a cara con Feijóo el mismo día en el que tristemente Miguel Ángel Blanco se empeña en aparecer en nuestro recuerdo. Aquel día en que ETA secuestró a un indefenso e inocente joven, cuyo delito era ser concejal del PP en Ermua, la banda terrorista comenzó a escribir su final.

Su secuestro desató una ola de indignación y solidaridad, un movimiento ciudadano sin precedentes exigiendo su liberación. España mantuvo la respiración 3 días interminables que acabaron de la peor manera posible. Pero su asesinato, maniatado, arrodillado y por la espalda, no fue en balde. ETA y Batasuna (partido predecesor de Bildu) sufrió en sus carnes la ira de los ciudadanos: sus sedes sufrieron el hostigamiento espontáneo de los ciudadanos; los líderes batasunos se escondieron en sus madrigueras por temor a recibir la ira de la gente. Algo cambió para siempre. Se la bautizó como "el espíritu de Ermua" y, visto con perspectiva, se pFue el principio del fin de ETA.

El ex presidente del Gobierno José Luís Rodríguez Zapatero quiso apropiarse del fin de ETA hace unos días. La realidad es que fue un logro de toda la sociedad, de las víctimas sobre todo que como Miguel Ángel Blanco dieron sus vidas para sostener la democracia frente a los asesinos. Sánchez intenta marcar distancias, “un abismo”, respecto a Bildu. Miguel Ángel Blanco reaparece el mismo día del debate cara a cara para recordarnos quienes son realmente los herederos de ETA.