ESdiario

Génova 13 hace cuentas: el plan para gestionar su ventaja sin caer en el error

En los dos cuarteles generales se afilan estrategias para la recta final de la campaña. Son días claves y se trabaja para no cometer errores. Y en el PP, para no caer en la autocomplacencia.

Feijóo, este martes.

Creado:

Actualizado:

Las expectativas las carga el diablo. El PP es propenso a caer en la trampa de echar a volar demasiado pronto las campanas. Ahora, pasado el ecuador de la campaña, corre ese riesgo. Se equivocaría.

Si en la práctica totalidad de los sondeos los populares rondan los 154 escaños, pronosticar que se va a llegar a los 168 diputados, o abrigar incluso esperanzas para la mayoría absoluta, es contraproducente. ¿Para qué arriesgar poniéndose un listón demasiado alto si va a ganar Alberto Núñez Feijóo de forma contundente?

Después de consagrarse durante este año al triunfo de sus siglas y de patearse toda España en campaña, Feijóo merece una “dulce victoria”.

En Génova son conscientes de que superar los 160 diputados es complicadísimo. No imposible, aunque sí muy difícil. De entrada, porque debería de haber un hundimiento de las fuerzas independentistas y nacionalistas hasta niveles inauditos. Cosa que nadie vislumbra. Además, el PSOE tendría que romper en su caída el listón de los 90 diputados, extremo muy improbable. Pedro Sánchez quedará por encima de los 100 escaños.

Pero, por si estás dos premisas no fueran pared suficiente que traspasar, todavía falta un frontón: Vox debería hundirse hasta la casi irrelevancia. Dado que los de Santiago Abascal superaron el 7% en las municipales sin prácticamente candidatos que lucir, lo natural es que crezca este 23J.

Por tanto, no hay por dónde agarrarse a pronósticos que abran ventanas de mayoría absoluta. Seguramente a Feijóo le va tocar gestionar una mayoría parecida a la de José María Aznar en 1996 para desde el Gobierno aspirar a una siguiente mayoría absoluta.

No es necesario que los estrategas de campaña genoveses tiren hacia arriba los datos para animar a sus votantes. Es un tiro al pie. Innecesario, por cierto. Máxime cuando el tablero está consolidado y los españoles tienen decidido a quién votar el domingo. Además, si por prudencia los datos luego son mejores nadie se lo va a reprochar.

Feijóo durante un acto del Partido Popular en Barcelona.

Porque el riesgo cierto que traen estas prácticas es que la noche electoral, aunque Feijóo obtenga un brillante resultado con 45 escaños de ventaja sobre Sánchez, la sensación sea de “amarga victoria”. Las víctimas, así las cosas, serán el Partido Popular y su candidato. Después de consagrarse durante este año al triunfo de sus siglas y de patearse toda España en campaña, Feijóo merece una “dulce victoria”.

No es necesario que los estrategas de campaña genoveses tiren hacia arriba los datos para animar a sus votantes. Es un tiro al pie. Innecesario, por cierto. Máxime cuando el tablero está consolidado

También hay que tener presente que existen todas las papeletas para que, después del 23J, Génova deba entrar en un proceso negociador para allanar la investidura de su candidato. Y claro, no es lo mismo afrontar algo así llegando con la lengua fuera o tras ganar de manera incuestionable. Y esto depende mucho de las expectativas creadas.

Recordemos a Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León. Se elevaron tanto sus datos iniciales, que luego, aun ganando sobradamente, hubo de sentarse con un Vox que sentía haber salvado la victoria.

tracking