Sánchez paga 800 millones a fondos “buitre” por comisiones sobre suelo público
Desde 2018, en contra de su flamante ley de vivienda, ha cedido el negocio a firmas que denigraba. Ha recuperado 5.000 millones, pero sólo dispone de 2.000 viviendas sociales.
Pedro Sánchez achaca en su ley de vivienda la falta de pisos públicos a los fondos buitre. “A estas circunstancias se ha unido en el pasado la venta de parte de dichas viviendas públicas en determinados lugares de España a fondos de inversión, reduciendo el ya de por sí menguado parque de vivienda social existente en nuestro país”.
Pero es lo que viene haciendo con suelo público desde 2018: construir o vender viviendas privadas inasequibles con la participación de fondos buitre, frecuentemente afincados en paraísos fiscales.
La obra nueva sobre suelo público del SAREB la gestiona una firma: Árqura Homes. La crea en 2019 el Sareb con (1) Värde Partners (fondo inversor norteamericano al que entrega un 10% del accionariado) para promover más de 17.000 viviendas privadas. Tras hacer caja varios años, Sareb le recompra dicho porcentaje en 2022.
Sánchez debe explicar cuándo un fondo inversor es buitre. Sus hooligans solían tenerlo claro: si está un hijo de Aznar, es buitre.
Y delega además en una firma privada la gestión de los nuevos inmuebles: (2) Aelca, que desde 2016 pertenece al fondo luxemburgués Wert. Árqura ha promovido desde 2019 más de 23.500 pisos privados, muchos de lujo. Frente a 3.200 sociales.
La vivienda heredada Sareb/Sánchez la entrega a otro fondo en 2019: (3) Domo. Lo controla Mistral Iberia, que en 2020 era receptora de fondos de futbolistas como Ronaldo el gordo, Fernando Llorente, Juan Mata, y una firma radicada en Irlanda y que comparte identidad con otra en Panamá, HFMX Designated Activity Company.
La inversión en dicho negocio estatal se producía a través de una socimi. Un vehículo de inversión inmobiliaria que permite disfrutar ventajas fiscales. Nada más socialista: hacer negocio con suelo público y ahorrarte impuestos a la vez.
Sareb/Sánchez encarga a en 2019 a (4) Haya Real Estate la gestión comercial de una cartera de 8.400 millones de euros. Su accionista es Cerberus. La prensa izquierdista y económica lo tacha de fondo buitre. Para Sánchez ya no es buitre.
Sánchez deja en manos privadas ese pastel mientras vocea que faltan alquileres públicos. Témpore Properties se sitúa hoy en los primeros puestos de compañías dedicadas al alquiler residencial en España por número de viviendas explotadas.
En 2019 Sareb/Sánchez vende una sociedad propia, Tempore Properties, al gigante inversor (5) TPG Real Estate Partners. Sareb recibe un precio superior en un 10% a su valor en bolsa. Témpore Properties cuenta con “más de 2.200 viviendas residenciales en régimen de alquiler, situadas en la zona metropolitana de las principales ciudades españolas”.
Sánchez deja en manos privadas ese pastel mientras vocea que faltan alquileres públicos. Témpore Properties se sitúa hoy en los primeros puestos de compañías dedicadas al alquiler residencial en España.
En 2022 Sareb/Sánchez ficha otros dos fondos privados: (6) Hipoges (del fondo norteamericano KKR) y (7) Anticipa-Aliseda (un 50% de Blackstone, cuya reprobación pide el PSOE por subir alquileres). Les entrega la “gestión de la cartera de préstamos e inmuebles de Sareb segmentada como cartera para desinversión”.
Y centraliza toda la cartera de suelo en desarrollo urbanístico en (8) Serviland. Gestiona 41 proyectos de suelo en desarrollo por 1.557 millones de euros. Tiene como accionista a Lone Star, fondo yanqui.
Sánchez debe explicar cuándo un fondo inversor es buitre. Sus hooligans solían tenerlo claro: si está un hijo de Aznar, es buitre. Y buitres o no la gestión social de su Sareb es inexistente: “La cesión efectiva de viviendas bajo convenios con diferentes administraciones públicas ha alcanzado la cifra ligeramente superior a las 3.300 viviendas y a cierre de 2022, tras la no renovación a su vencimiento de algunos convenios o la devolución de viviendas cedidas, el número de viviendas de Sareb cubiertas por estos convenios se sitúa en 2.000”.
Caja sí ha hecho Sánchez con su suelo tóxico. “ 5.000 millones en tres años”. Pero magro es su resultado social: "los alquileres sociales benefician a casi 6.000 personas”.
Y los fondos, buitres o palomas, le han facturado durante su mandato 860 millones por comisiones por la gestión y venta del suelo público. ¿No pueden hacerlo sus 400 empleados y destinar los 860 millones a edificar o financiar alquileres? El PSOE antaño lo llamaba privatizar.