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El PNV cae atrapado en la trampa de Sánchez abocado a ser el "kleenex" del PSOE

Ortuzar no ha esperado ni a recibir la oferta y el programa de Feijóo para darle portazo. Vox es la coartada. Pero la razón está más cerca: el alto precio de haber alumbrado el "sanchismo"

Feijóo y Urkullu.

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Si hay algún lugar, después de la calle Génova 13, donde han sorprendido -y contrariado- los resultados del 23J ha sido en Sabin Etxea, el cuartel general del PNV. Porque hace ya muchos meses que la cúpula peneuvista había activado una línea directa con Alberto Núñez Feijóo, para limar asperezas, aclarar malentendidos del casadismo y abrir una vía de colaboración para el futuro.

Tan es así, que el Euskadi Buru Batzar (su ejecutiva) llamó a capítulo a su candidato a la alcaldía de Laguardia -el segundo municipio de Álava-, para que permitiera tomar la alcaldía al alcaldable popular, el ganador en los comicios del 28M.

Pero las circunstancia del partido que lidera Andoni Ortuzar han cambiado tanto en los últimos dos meses -y a un año de las autonómicas vasca, la clave de bóveda de todo este asunto- que en tiempo récord, sin analizar siquiera los informes postelectorales internos, Ortuzar reunió en la tarde de este lunes (y eso que en el País Vasco este martes 25 es festivo) para justificar el trámite exprés y telefonear a Alberto Núñez Feijóo con sus calabazas. El PNV no apoyará la investidura del líder del PP. La razón, sin ni siquiera escuchar su proyecto y su oferta: que por ahí merodea Vox.

El PNV ha entrado en shock tras el 28M y el 23J. Su sangría de votos parece imparable, Bildu rentabiliza todo lo que hace y hay elecciones autonómicas el año que viene. Se impone andar con pies de plomo

Ortuzar, el hiperactivo Aitor Esteban y el lendakari Íñigo Urkullu no se han cansado de repetir durante la campaña su rechazo a caer en la dinámica de bloques al que se quería empujar al PNV. Y ha trufado sus mítines renegando de Sánchez y de Santiago Abascal a partes iguales.

Aunque fuentes peneuvistas consultadas por ESdiario reconocen que había "pista de aterrizaje" para un posible acuerdo de investidura con Feijóo si su victoria hubiera excluido a Vox de la "ecuación". Cabe recordar que el PNV participa del "cordón sanitario" junto al PSE, Podemos y Bildu a la única parlamentaria de Vox en la Cámara de Vitoria, Amaia Martínez.

"No es que no queramos, que no nos gusta mucho el escenario, es que no podemos", explica a este diario un dirigente vizcaíno del PNV. Que esgrime sus resultados en las urnas del 28M y del 23J... y los de Bildu. Ambas elecciones han desvelado una transferencia de voto -sobre todo el más joven- del partido de Ortuzar al de Otegi. Y en estas generales, incluso al PSE. Y eso que Ortuzar no ha dejado de acusar a Sánchez de tratar a su partido como un "kleenex".

Resultado: Bildu es ya la fuerza vasca con más concejales, el primer grupo parlamentario en Madrid y el primer partido en Guipúzcoa. Y en Vizcaya, en otro tiempo bastión indiscutible del PNV, los de Otegi andan disparados. Pánico a un año de las elecciones que deben elegir lendakari. Y un Otegi en Ajuria Enea apoyado por socialistas y Sumar no es ya una hipótesis descabellada.

Aitor Esteban, Andoni Ortuzar y Pedro Sánchez.

De esta forma y con la vista puesta en 2024, el PNV rechaza favorecer la investidura de Feijóo, porque, para "esta operación", necesitaría a Vox, sobreto todo porque los vascos creen que el líder de los populares "ha cruzado una línea roja al meter en las instituciones" a la formación de Santiago Abascal.

Los peneuvistas enfatizan que los líderes del PP y del PNV no han hablado ni se han citado "ni han acordado nada", y han insistido en lo que ha repetido a lo largo de las últimas semanas. "Feijóo ha cruzado una línea roja al meter a Vox en las instituciones".

Ortuzar se arriesga a volver a convertirse en el 'Kleenex' del Frankenstein 2.0 como él mismo ha denunciado de la legislatura que termina

Este mensaje ha sido inequívoco en todos los dirigentes del partido y el cabeza de lista al Congreso, Aitor Esteban, también subrayó durante la campaña electoral que, "con el fascismo, nada de nada, ni con quien se ayude de él".

Así que ahora, el PNV queda a merced de Sánchez abocado a participar en el Frankenstein 2.0. A costa de volver a convertirse, en palabras del propio Ortuzar, en un kleenex.

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