Page se queda mudo y descolocado mientras todo el mundo le mira expectante
"Yo con los asesinos de ETA y los independentistas, ni a la vuelta de la esquina", clamó el presidente manchego delante de Sánchez. Génova espera que ahora pase de las palabras a los hechos.
Con Pedro Sánchez plácidamente instalado de vacaciones en La Mareta, España patas arriba tras el avispero al que le conducen los resultados del 23J y gran parte del PSOE conteniendo la respiración, como revelaba este mismo martes el director de ESdiario, Antonio Martín Beaumont, gran parte del socialismo español, y del PP, mira en estas horas al Palacio de Fuensalida, refugio del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page.
Mientras Sánchez ha trasladado a sus afines su intención de prolongar la actual situación de incertidumbre lo máximo posible, meses, Alberto Núñez Feijóo ha anunciado su intención de contactar con el PSOE para abordar la -imprevisible- abstención de los socialistas en una posible investidura del líder popular.
El PP apela a la proclama de Page en un mitin delante de Sánchez: "Yo con los asesinos de ETA y los independentistas, ni a la vuelta de la esquina"
Feijóo ya anunció durante la campaña que en caso de vencer el 23J con una mayoría clara pero insuficiente, se pondría en contacto con los barones del PSOE.
El problema es que tras la debacle de Sánchez en las autonómicas del 28M, barones con peso político y con ascendencia sobre la militancia solamente queda uno: Page. Ni el asturiano Adrián Barbón ni la presidenciable navarra María Chivite tienen ni de lejos una influencia similar.
Más aún, recuerdan fuentes populares a ESdiario, Page logró salvar su mayoría absoluta derrotando a las encuestas de mayo con un mensaje claro contra el independentismo: "Yo con los asesinos de ETA independentistas, ni a la vuelta de la esquina", clamó en un mitin con Sánchez delante.
Así que ahora, los más optimistas aunque son los menos, esperan un pronunciamiento claro del barón manchego sobre la posibilidad de entregar la gobernabilidad de España al fugado Puigdemont. Su sepulcral silencio desde el domingo es bien significativo. Pero media España mira a Toledo con expectación máxima.