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El PSOE territorial, en coma, calla por el "melón territorial" y raja en privado

Mientras Génova y las autonomías del PP coordinan esfuerzos y claman contra lo que se avecina para atar la investidura de Sánchez, Page guarda silencio. No como hizo su "padrino político".

Page, en la toma de posesión de Adrián Barbón. Junto a él, Rueda, Mañueco y Chivite.

Page, en la toma de posesión de Adrián Barbón. Junto a él, Rueda, Mañueco y Chivite.

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La frase la repetía sin cesar -y hasta a los periodistas en una avión rumbio a Afganistán- el exministro de Defensa, José Bono, en plena negociación del Estatut de Cataluña impulsada entonces por Pasqual Maragall y José Luis Rodríguez Zapatero. “El que quiere comer en mesa aparte es que quiere comer más”, clamaba. Y apostillaba Bono en sus habituales puyas a Maragall: “El PSOE no es un partido federalista”.

17 años después de la dimisión de Bono, en 2006, en disconformidad con ese Estatuto, su heredero político, Emiliano García Page, calla desde su feudo absoluto de Castilla-La Mancha.

Pero Page está más que alerta ante el doble "melón" que Pedro Sánchez pretende abrir para ganarse su investidura: el del modelo territorial y el de la financiación autonómica. De momento, ha sido la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el andaluz Juanma Moreno y el valenciano Carlos Mazón los primeros en poner el grito en el cielo ante la primera posibilidad de la quita millonaria de la deuda de la “incumplidora” Generalitat.

"Quién quiere comer en una mesa aparte es que quiere comer más", le espetó en 2006 José Bono a Zapatero durante la negociación del Estatut con Pasqual Maragall. La idea vuelve a planear sobre el PSOE territorial.

Pero Ferraz ha ordenado en estas horas de negociaciones secretas silencio absoluto a sus territorios. Ayuda, claro, el batacazo del 28M que ha dejado el ejército de los barones reducido al trío Page-Barbón-Chivite. Con Navarra al margen ya que goza de modelo fiscal propio, la batalla a dar en los próximos meses queda reducida al presidente manchego y al asturiano. Escaso arsenal ante las tropas sanchistas.


Sánchez conversa con Pere Aragonés en una de sus visitas a Barcelona para cortejar a ERC.

La exigencia de un marco bilateral para Cataluña y País Vasco pone los pelos de punta a Page, según confirman fuentes de su entorno a ESdiario. “Todo lo que no se acuerde en una Conferencia de Presidentes o en el Consejo de Política Fiscal y Financiera es inaceptable”, subrayan estas fuentes. Significativo es, también, el silencio desde el 23J de la vicepresidenta económica Nadia Calviño, la guardiana del tesoro del presupuesto.

Nadie en ese otro PSOE desconectado de lo que se urde desde Moncloa intuye hasta dónde está dispuesto a llegar Sánchez y si puede peligrar la cohesión territorial de forma definitiva si se paga la factura a Puigdemont. De momento Page calla, a la expectativa.

El melón territorial exige abrir el independentismo catalán, Bildu y el PNV ha pillado debilitados al máximo a los barones socialistas. Y Page calla, aunque piensa lo mismo que Ayuso y Mazón.

Su trayectoria reciente vaticina que hablará. Pero esa misma trayectoria lleva a pensar al PP que, como en tantas ocasiones esta pasada legislatura, acabará agachando la cabeza ante Sánchez. Como ha hecho con el pacto navarro junto a PNV, Podemos y Bildu.

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