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Pedro Sánchez no condena el asesinato del ecuatoriano Fernando Villavicencio

El presidente del Gobierno en funciones no ha tenido ni un detalle con la familia del fallecido ni la población ecuatoriana por el magnicidio del político de derechas ecuatoriano.

Fernando Villavicencio, el candidato ecuatoriano asesinado a tiros. Europa Press.

Publicado por
Nico Borruel

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Pedro Sánchez, presidente en funciones del Gobierno, se ha tomado al pie de la letra la frase desconexión en vacaciones, algo totalmente paradójico respecto al cargo que ocupa. Tal es la distancia que ha tomado durante su retiro estival, que ahora cumple en La Mareta (Lanzarote), respecto a España y al resto del mundo, del que tanto suele preocuparse, que dos días después se echa en falta su mensaje de condolencia por el asesinato a tiros de Fernando Villavicencio, candidato de la derecha a la presidencia de Ecuador.

Ni un gesto de solidaridad, ni una frase a la población ecuatoriana, ni una condena del candidato socialista ha podido leerse en comunicado alguno o post de las redes sociales acerca del magnicidio, algo que por otro lado no han obviado personajes públicos de la política mundial como Anthony Blinken, secretario de Estado de EEUU, quien hizo pública su condena al crimen: “Condenamos enérgicamente el asesinato de Fernando Villavicencio y ofrecemos nuestras condolencias a su familia y al pueblo de Ecuador. Estamos listos para ayudar a las autoridades locales a llevar ante la justicia a los perpetradores de este acto atroz”.

El Gobierno de Biden ya ha anunciado que mandará a agentes del FBI a Quito para ayudar a la policía del país con las investigaciones.

La Unión Europea (UE) también condenó el acto criminal “en los términos más enérgico e instó a proteger al resto de aspirantes para “garantizar un proceso democrático libre”.

El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, el español Josep Borrell, manifestó a través de un comunicado que “el asesinato de Villavicencio es también un atentado contra las instituciones y la democracia en Ecuador”

El Gobierno español, por su parte, se limitó a hacer público un frío y escueto comunicado a través del Ministerio de Asuntos Exteriores: “España lamenta y condena el asesinato del candidato presidencial ecuatoriano, Fernando Villavicencio. Apoyamos el proceso electoral de Ecuador, su democracia y a las autoridades para que se investigue esta trágica muerte y se juzgue a los culpables”. Cuatro líneas que verdaderamente han causado estupor en el mundo diplomático.

La actitud de Sánchez ha estado en consonancia con la de numerosos dirigentes de la izquierda iberoamericana que no han condenado el magnicidio en Ecuador, como han sido el colombiano Gustavo Petro, el brasileño Lula Da Silva y el venezolano Nicolás Maduro, todos cercanos al camarada socialista ecuatoriano Rafael Correa, ex presidente del país y en el punto de mira del asesinato por sus reiteradas amenazas vertidas contra el político acribillado a tiros.

Sánchez siempre se ha mostrado cercano al exmandatario ecuatoriano, ahora huido de la justicia en Bélgica acusado de corrupción, y así pudo constatarse en la gira por Sudamérica que realizó como secretario general del PSOE en 2015.

Por su parte, Correa siempre que ha podido ha tenido palabras amables y de felicitación para el español a través de redes sociales.

De Lula y Cristina Fernández sí se acordó

La inexistente reacción de Pedro Sánchez y la pulcritud del Gobierno en este caso nada tienen que ver con otras situaciones en las que los protagonistas no pertenecían a la derecha política.

Fue el caso del apoyo mostrado desde diversos ámbitos del Gobierno hace un año a la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, cuando un delincuente común la amenazó con una pistola. Rotunda condena a este intento de magnicidio y apoyo a la vicepresidenta Cristina Fernández y a todo el pueblo argentino”, escribió Pedro Sánchez.

También es significativa la rápida reacción de Sánchez cuando, en las manifestaciones del 8 de enero de seguidores del ex presidente brasileño, Jair Bolsonario, hizo un llamamiento público a la normalidad democrática.

Lula, de hecho, fue uno de los presidentes que, en julio, antes de las elecciones generales españolas, firmaron un manifiesto de apoyo a Sánchez. Entre los líderes internacionales que firmaron, se encuentran el canciller de Alemania, Olaf Scholz, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, y los primeros ministros de Portugal, Antonio Costa; Dinamarca, Mette Frederiksen, y Malta, Robert Abela.