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La madre del niño que se salvó de la DANA da la versión real de lo ocurrido

La mujer cuyo marido murió en la DANA en Madrid y su hijo de 10 años se salvó milagrosamente subido a un árbol explica en una carta lo que realmente pasó

Niño rescatado de la DANA

Publicado por
Enrique Martínez

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Uno de los casos más mediáticos de la pasada DANA cuando un niño de 10 años sobrevivió encaramado a un árbol tras caer a un río el coche en el que viajaba. El menor fue rescatado en la localidad madrileña de Aldea de Fresno con hipotermia y golpes. Su padre falleció y ahora su madre escribe una carta en la que muestra su agradecimiento y explica lo que realmente pasó:

Con las pocas fuerzas que me quedan, quiero expresar mi más profundo agradecimiento por la labor y desmesurado esfuerzo que habéis llevado a cabo TODOS los Equipos de Rescate y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como a todos los voluntarios que participasteis en la búsqueda de mi marido. En ese momento de inmenso dolor, vuestra dedicación y perseverancia nos proporcionaron un rayo de esperanza. Durante toda la semana, la incertidumbre y el dolor han sido insoportables, pero vuestra intervención nos ha brindado un consuelo tremendo. Que podamos despedirnos de Manuel como él se merece es un regalo inmenso que no podremos nunca agradeceros lo suficiente.

De igual modo, quisiera expresar mis más sentidas condolencias al resto de familias afectadas que, desgraciadamente, se encuentran en la misma situación que nosotros.

Por último, intentando hacer frente a un duelo especialmente trágico, me siento en la obligación de desmentir las numerosas noticias equívocas que en diferentes medios digitales y escritos se han publicado a raíz de la declaración en Twitter de un bombero forestal fuera de servicio. Entiendo la necesidad psicológica que esta persona pudiera sentir, ante un suceso así, de desahogarse y describir su propia experiencia. Pero la realidad, es que el testimonio ERRÓNEO de esta persona y la atrocidad de comentarios que se suceden al respecto, nos están causando un sufrimiento extremo y sobre todo están manchado la memoria de Manuel, quien merece ser recordado con respeto y amor.

Cualquier padre o madre de familia sabe que lo más valioso que tiene en su vida son sus hijos. ¿Cómo cabe pensar que, conscientemente, vamos a poner mínimamente en riesgo su vida? Desde el principio de nuestro viaje de regreso a casa, intentamos tomar las decisiones más prudentes. Salimos una vez las noticias informaban de que había pasado lo peor, sin lluvia y con extrema precaución. Lamentablemente, el viaje se complicó para nosotros y para el resto de los conductores en Aldea del Fresno, cuando las balsas de agua, el desprendimiento de tierra y el ramaje eran más que evidentes en toda la calzada. Sin embargo, no fue hasta la carretera que comunica este pueblo con Villamanta, cuando una furgoneta gris que circulaba en sentido contrario (dirección a Aldea Del Fresno) nos indica que el último tramo de carretera, antes de llegar a Villamanta, está inundado y que debíamos dar la vuelta. De este modo, regresamos y nos colocamos detrás suya, dirección a Aldea del Fresno.

Instantes antes de cruzar el puente de Arroyo Grande, la furgoneta se detiene a hablar con un vehículo que venía en dirección contraria y que acababa de cruzar dicho puente. Tras varios segundos de conversación, ambos prosiguen su marcha, mientras que nosotros con las ventanillas bajadas, sin saber el contenido de esa conversación y circulando lentamente, nos cruzamos con el vehículo, que en NINGÚN MOMENTO nos advierte del peligro. Viendo que la furgoneta proseguía su camino, seguimos conduciendo detrás de ella, entrando ambos en el puente. Instantes después, ambos nos quedamos atrapados ante la fuerte crecida del agua, siendo nuestro vehículo arrastrado por la riada y cayendo fuera de la carretera.

Con este relato y pensando que en la vida escribiría unas líneas como éstas, RUEGO POR FAVOR, que todos los medios que han hecho eco de esta noticia errónea rectifiquen y nos permitan descansar en paz sin que quede la menor duda de que la decisión que, en esos momentos tan complicados tomamos, no fue causa de ninguna imprudencia o desobediencia, sino simplemente un terrible accidente.

Os doy las gracias, por permitirme aclarar este suceso. No volveré a pronunciarme más sobre él. Solo nos queda a sus familiares y amigos recordar a Manuel como el padre excepcional y marido maravilloso que era. Descanse en paz.

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